Seguro que el pequeño Markel dibuja en su cabeza de niño inquieto a esos piratas que lanzan balas desde el cañón de su barco para proteger sus tesoros. Y hay emoción en alta mar, en días de viento e ir a toda vela, quizás el parche se cae del ojo de algún corsario y su pata de palo tiene que correr deprisa por cubierta€ Son las imágenes que pueden revolotear en el imaginario fantástico de Markel Cidon Uria, de 4 años, quien recientemente encontró, junto a su padre Jon, una bala de cañón de los siglos XV o XVI en la ría de Plentzia. "Tras el hallazgo, le dije a mi hijo que la bola la usaron los piratas en un cañón para derribar barcos y me miraba con atención y asombro cuando se lo contaba", relata el aita, entre risas.

El caso es que padre e hijo se fueron desde su lugar de residencia en Derio a Plentzia a pasar el día y se pusieron a jugar en la ribera de la ría. "Estábamos buscando fósiles mientras le explicaba a Markel su origen y formación. Empezamos a hacer un agujero con su excavadora de juguete y apareció una bola a unos treinta centímetros de profundidad. Al principio, pensé que era una pelota cubierta de sedimentos marinos, pero enseguida me di cuenta de que era piedra maciza y de que se trataba de algo diferente", describe Jon. Al llegar a casa, la curiosidad le llevó a navegar por Internet para descubrir de qué se podía tratar y vio que podía ser una pequeña bola de cañón muy antigua. Después, habló con un buen amigo arqueólogo y le confirmó que, efectivamente, se trataba de un proyectil. "Me dijo que era raro, pero que de vez en cuando se localizaban algunos. Aunque solía ser más habitual ver el negativo (el hueco) que dejan en las fachadas en las que han impactado con motivo de algún conflicto bélico, sobre todo por el levante, donde predomina la arenisca, más blanda y donde la bola penetra más", traslada Jon.

Así que Markel había encontrado un tesoro de un tiempo muy, muy lejano en un día de aventuras insospechadas. "Estábamos supercontentos y sorprendidos", confiesa el aita. El siguiente paso que dio fue contactar con el museo arqueológico vasco y el museo de las Encartaciones. Ellos volvieron a certificar que era una bola de cañón de los siglos XV o XVI. "En un principio, pensaron que podía ser de las Guerras Carlistas, pero luego el arqueólogo del museo de Bilbao dijo que tenía que ser más vieja porque en las Guerras Carlistas empezaron a usar la munición y la artillería de metal y que esta bala tenía que ser anterior", matiza Jon. Asimismo, este vecino de Derio les indicó el punto exacto del hallazgo para que el museo arqueológico pueda desarrollar investigaciones o búsquedas.

La bola de cañón o bolaño era un proyectil esférico de piedra, labrada que lanzaban las primitivas piezas de artillería: las bombardas, las bombardetas, falconetes y los pedreros. Generalmente se hacían de piedra calcárea, también se hacían de piedra berroqueña, pero lo usual era emplear el material que proporcionaban las canteras próximas a la plaza fuerte situada. Eran proyectiles para ser disparados por cañones de anima lisa y utilizados normalmente para batir los cascos de madera de los barcos, fortificaciones... Fueron ampliamente utilizadas por la artillería naval durante el periodo conocido como la Era de la navegación a vela, generalmente portados por navíos de línea españoles y franceses.

Características

El proyectil localizado podría ser para la bombardeta o falconete, una pieza de artillería del siglo XV y finales del anterior. Estaba construida con duelas y aros de hierro forjado, se componía de caña y recámara que se acoplaban al terminar la carga. Su calibre era de 4 o 5 centímetros a 8, generalmente, y su longitud de anima mayor que la de la bombarda. El calibre de la bola encontrada es de 6 centímetros y de media libra de peso, lo cual concuerda con las medidas anteriormente definidas. Así lo detalla el propio Jon, aficionado a la historia, que se explica como un libro abierto y que se preocupa de que Markel sienta y conozca también los avatares del pasado. "Intento transmitirle la historia, su valor, que le pique el gusanillo", destaca este vecino de Derio. La localización de esta bala de cañón seguro que contribuye a que el pequeño se sumerja en las idas y venidas pretéritas, en los aconteceres que quedaron escritos, en el ayer del que será su futuro.

El siguiente capítulo de las aventuras de Markel y Jon les guió hasta el Museo Plasentia de Butrón, de Plentzia. "Cuando lo que encuentras tiene cierto valor histórico tienes la obligación de entregarlo en un museo. Si tiene más de cien años por ley, se presupone que tiene importancia histórica y debes entregarlo. Yo hablé con el museo arqueológico de Bilbao y me dijeron que ya tenían alguna pieza así allí y me aconsejaron que lo cediera al museo de Plentzia, que expone objetos relacionados con la navegación, el pasado marino y pescador de la villa... Así que lo llevamos allí y estuvieron muy agradecidos", repasa Jon. El propio Markel fue el encargado de hacerles entrega de su bola. "¡Mirad lo que hemos encontrado!", salió de su sonriente boca. En su cabeza, seguían sonando esos cañonazos de los bucaneros. Quizás en su cuento de piratas los pudo realizar el gorliztarra Antón de Garai, que en 1509, a bordo de una gabarra grande y al mando de 25 mercenarios, se dedicó a asaltar navíos.

Los datos

La bola. Se trata de un proyectil esférico de piedra labrada que lanzaban las primitivas piezas de artillería utilizados normalmente para batir los cascos de madera de los barcos, fortificaciones... ampliamente utilizadas por la artillería naval durante el periodo conocido como la Era de la navegación a vela.

El museo. El museo Plasentia de Butrón, situado en el casco histórico de Plentzia, se ubica en el antiguo consistorio. Concretamente ocupa un edificio del siglo XVI, cuya tipología corresponde al de una casa torre. Para el próximo domingo hay programada una visita guiada a sus instalaciones, así como por la zona vieja de la villa. La visita comenzará a las 11.30 horas y tendrá una duración aproximada de una hora (media hora para visitar el museo y media hora para recorrer el casco). Las personas interesadas en participar deberán inscribirse previamente.