- Las niñas bielorrusas no disfrutarán de Plentzia este verano. Así que las calles de la villa estarán un poco más tristes sin la presencia de estas jovencitas que tanto cariño regalan. El coronavirus, su parón del mundo, sus restricciones, sus problemas con los vuelos... impedirán que la docena de pequeñas de zonas cercanas a Chernóbil acuda al municipio a mejorar su salud, pero en su lugar, la asociación Izanik, responsable de esta acogida, va a "atender las necesidades de una treintena de familias desasistidas por organismos oficiales y que viven en Plentzia, Gorliz y Lemoiz", tal y como precisan desde la agrupación.

Será la primera vez en más de dos décadas que niñas bielorrusas no pasen alrededor de 40 días en la localidad de Uribe Kosta para ser sometidas a diferentes revisiones médicas, beneficiarse de las ventajas del sol y del mar, realizar actividades... "A Izanik, un año más, nos gustaría poder anunciar la llegada del grupo de niñas procedentes de Bielorrusia, que durante más de veinte años han visitado nuestro pueblo en verano, pero el covid-19 ha imposibilitado que vengan a pasar esta vez la época estival", lamentan desde la asociación. Además, este 2020 iba a ser el último del grupo del año pasado. Y es que habitualmente, Izanik trae a las mismas niñas durante tres años consecutivos. Pero el dichoso coronavirus se ha cargado los planes que marcaban que a finales de este mes las pequeñas iban a viajar a Plentzia y permanecer hasta principios de agosto en la casa parroquial. Así que las niñas, a las que los vecinos siempre reciben con los brazos abiertos, se quedan esta vez sin el baño de salud que tanto necesitan, ya que proceden de lugares afectados por la explosión nuclear de Chernóbil. De hecho, suelen llegar a la villa en su fase de crecimiento, para darles un empujón con las revisiones médicas, la alimentación, para estar en la playa y al sol...

La veintena de personas que están en Izanik se encuentra apenada por esta situación, pero su vocación generosa ya ha encontrado otros destinatarios. "Nuestro cometido, como asociación, siempre ha sido la prestación social y ayudar a los colectivos más desfavorecidos de la sociedad, y, este año, vamos a atender las necesidades de una treintena de familias desasistidas por organismos oficiales y que viven en Plentzia, Gorliz y Lemoiz", adelantan desde el colectivo. "Como no hemos podido celebrar ningún evento, como rifas, rastrillos, parrilladas... en el momento en que todo esto vuelva a su estado anterior, solicitaremos participación, ya que es la manera de obtener fondos para llevarlos a buen fin", añaden desde Izanik. No es la primera vez que se vuelca ante una necesidad acuciante, puesto que además de colaborar con asociaciones como Jangai, Acobi o Vida para todos, esta agrupación realizó en 2016 una recogida de material para enviar a los campamentos de refugiados.