- El Consistorio de Getxo y una representación de los jóvenes del gaztetxe de Itzubaltzeta se reunieron ayer pero ese encuentro terminó sin llegar a un entendimiento. Aun así, miembros de este colectivo intentaron regresar al edificio okupado, lo que obligó a la Ertzaintza a desplazarse al lugar. "El Ayuntamiento no acepta la propuesta que realiza Itzubaltzeta III de permanecer, sin autorización, desarrollando unilateralmente su actividad en un edificio municipal, por ser contraria a la regulación de la propia naturaleza de los bienes públicos y patrimoniales", señalaron fuentes del equipo de gobierno.

Jóvenes getxotarras entraron en el local donde estaba el antiguo euskaltegi de Romo en febrero pero lo abandonaron ante la declaración del estado de alarma. Ayer quisieron regresar y encargarse de la limpieza, pero "el Ayuntamiento considera que es el propio Consistorio el que debe encargarse de la efectiva desinfección de los bienes de su dominio, con los medios materiales y productos homologados a tales efectos. Además, la circunstancia excepcional de emergencia sanitaria ha derivado en la declaración del estado de alarma y la limitación de la movilidad", según detalla la institución local. De este modo, "el Ayuntamiento tomará de inmediato las medidas que considere adecuadas para asegurar que nadie pueda acceder al edificio ni pueda ser usado, así como que continúe cerrado, como lo están otros edificios municipales". En este sentido, varios coches de la Ertzaintza estuvieron ayer por la tarde en la calle Lope de Vega.

Los jóvenes del gaztetxe de Itzubaltzeta, que se ubicaba en los extintos pabellones de Errekagane, okuparon este edificio de Romo porque entendían que el Consistorio se estaba demorando demasiado en su compromiso de rehabilitar los pabellones y cederles un espacio. "El gobierno municipal es consciente de que el proyecto ha sufrido una dilatación temporal, derivada generalmente de problemas técnicos que han ido surgiendo durante el proceso, que tienen que ver sobre todo, con la especial ubicación de la finca (contigua al río y a las vías del metro)", admitió ayer.