- Por el momento, Sopela cuenta con más de 80 casos de covid-19. ¿Cómo ve la situación?

—Con preocupación. Cumpliendo como se está cumpliendo con el confinamiento de una manera ejemplar es duro ver que día a día va creciendo el número de casos, aunque, aparentemente, se vaya ralentizando.

¿Cómo es la gestión municipal?

—Es diferente. Estamos trabajando toda la plantilla, pero presencialmente solo estamos tres personas. El resto, teletrabajando, excepto la brigada que está de retén en casa para trabajos puntuales como inhumaciones, recogida de productos de higiene, etc.

Han reforzado las labores de limpieza. ¿Qué recursos se destinan?

—El servicio de desinfección lo está realizando la empresa adjudicataria de limpieza viaria. Se ha modificado la forma de hacer las cosas. Al no haber nadie por la calle, la limpieza es más liviana, lo que nos permite reforzar el servicio de desinfección con el mismo número de personas.

¿Cuál es la situación en residencias?

—La relación con ellas es continua, están controladas. Tenemos dos residencias. En una de ellas han tenido algún caso, pero a día de hoy están bajo control. La tercera residencia, la Fundación Elorduy de Barrika, de la cual somos patronos, está también controlada. Disponen de elementos de protección personales y colectivos.

¿Qué medidas económicas han establecido frente a la crisis sanitaria?

—Desde el día siguiente a la publicación del decreto del gobierno central, se han paralizado los plazos para el pago de impuestos como, por ejemplo, el de vehículos, que empezará a contar a partir del levantamiento del estado de alarma. Con respecto a los contratos de servicios en vigor, se han dejado en suspenso, a excepción de los esenciales: limpieza viaria, jardinería y recogida de residuos.

¿Barajan ayudas a las personas en riesgo de vulnerabilidad?

—Estamos en contacto con las personas vulnerables. Hay un puesto de Cruz Roja en Sopela coordinado por la Mancomunidad y les atendemos de la mejor manera posible.

¿Qué repercusión tendrá la pandemia en las arcas municipales?

—A día de hoy desconocemos el alcance, pero se prevé un descenso en la recaudación considerable. Hay recursos que igual no vamos a poner en marcha: OTA de verano, concesión del bar de la playa, impuestos que se van a suspender y, el más importante, la aportación de Udalkutxa, que se verá mermada considerablemente. Esto hace que tengamos que ser muy cautos de cara al presupuesto de 2021.

¿Qué proyectos serán postergados?

—Se han ralentizado prácticamente todos los servicios. Se están preparando pliegos de nuevos contratos que caducan y que hay que volver a licitar, pero hay que esperar a que se levante el estado de alarma para que se puedan publicar. A partir de ahí, se volverán a adjudicar y poner en servicio. Un caso concreto es el Sopelbus, que tras finalizar el contrato, para poder dar el servicio tenemos que volverlo a contratar. Eso supone que, aproximadamente, en dos meses estaremos sin poder dar el servicio, en pleno verano. Es una muestra de los problemas que nos vamos a encontrar.

Hasta la fecha, 517 personas han sido identificadas; ha habido 112 propuestas de sanción; 1.692 vehículos interceptados y ningún detenido. ¿Qué le traslada la Policía Local?

—El trabajo que está realizando es encomiable. Es difícil para todos estar en casa y hay momentos de nervios y tensión entre los agentes y algunos vecinos. Están en primera línea, exponiéndose, pero haciendo su trabajo de la mejor manera posible.