- Las agujas del reloj marcan las 17.30 horas. Es un día más de la cuenta atrás de la cuarentena con límite difuso. Hay silencio en las calles. Están inertes. Pero algo rompe la monotonía del día de la marmota encerrada. Ocurre en Leioa, en Euskal Etxeen Plaza. Cinco txistularis del grupo Aixeberri Txistu Taldea, que viven en esa plaza, salen a sus balcones y se ponen a tocar. Entonces, los ánimos del vecindario parecen engrandecerse. Hay motivos para sonreír. Hay aplausos. La alegría en estos momentos de coronavirus tiene notas musicales.

Arantza Ugarte es la directora de esta orquesta abalconada. Su hermana Nekane y sus sobrinas Ainize e Ixone, desde el piso de abajo, la acompañan y también Javi, que está un poco más alejado. En realidad, todo empezó con él€ "Yo doy clases de txistu, tengo a 17 personas de distintos niveles y Javi está aprendiendo. Entonces, como vamos a estar un tiempo sin ensayar, me daba no sé qué que estuviera sin tocar€ Así que le dije que íbamos a dar las clases desde el balcón", explica Arantza. Y claro, a la gente le pareció estupendo. "Íbamos a hacer un par de días o tres a la semana, pero como la gente salía a los balcones a escucharnos, como nos esperaba a que saliéramos... pues decidimos hacerlo todos los días", describe esta vecina de Leioa, "muy agradecida", por su reacción, a las personas que viven en Euskal Etxeen Plaza, conocida como La plaza de la estrella. Así que en torno a las 17.30 horas comienzan cada tarde estas clases tan peculiares y en las que se juntan cinco txistularis con el mejor de los espíritus. "Hemos llegado a estar una hora tocando, pero intentamos que sea menos para que no se canse la gente", comenta Aran-tza, entre risas. Y estas sesiones tienen melodías para todos los gustos. "Pasacalles, Benito Lertxundi, jotas, arin arin, Txoria txori, la Salve rociera€", enumera Arantza. E, incluso, ha llegado a sonar una canción no tan bonita€ "Yo soy de la Real, así que una vez empecé a tocar el himno. Pero mi hermana y mis sobrinas me boicotearon abucheando, pero mi txistu es muy potente", sostiene Arantza. Pero claro, ya con el resto de la plaza con proclamas y banderas a favor del Athletic no pudo€

Y lo bonito de estas iniciativas también es que siempre se acaba sumando alguien de una manera u otra. "El jueves tuvimos el gran placer de que un pianista empezó a tocarnos tres canciones. Así que igual ahora nos vamos alternando", asegura la txistulari.

Lo cierto es que la vocación de tocar en su plaza no es nueva para este grupo de txistularis. "Nosotros empezamos siempre el año en la calle; llevamos cinco o seis años en que salimos en Nochevieja a tocar", afirma Arantza. "Ahora la gente ya anda diciendo: Pues este año con champán. Bueno, más bien andan ya organizando una paellada para cuando todo esto termine", desvela Arantza, que se queda con el lado positivo de esta situación: "Creo que la relación con el vecindario, a nivel general, va a pasar a ser más amable, todo el mundo va a estrechar más lazos".