STE 2020 quedará en la memoria colectiva como el año en el que la vida cotidiana dio un giro de 360 grados. Una enfermedad de la que nadie tenía constancia comenzó a emerger a principios de año y asoló las rutinas que estaban instaladas a mediados de marzo. A medida que el avance de la enfermedad parecía imparable, la sociedad vizcaina se organizó para que nadie se quedará atrás. Esa apuesta por la solidaridad, por aportar un granito de arena es la razón de ser de estos XIII Laboral Kutxa DEIA Hemendik Saria.

Había razones más que suficientes para poner en valor todo ese esfuerzo voluntario, esa ingente labor de apoyar a los más vulnerables en la que se han volcado personas anónimas, entidades con trayectoria o redes vecinales que han surgido a raíz de la pandemia. Cumpliendo con todas las normativas sanitarias vigentes, la celebración de la entrega de premios se vio salpicada por estas restricciones. Limitada la asistencia a una persona por premiado y guardando las distancias de seguridad, los galardonados pudieron recoger su reconocimiento.

El espíritu de esta edición de los Laboral Kutxa DEIA Hemendik Saria se ha dirigido a refrendar ese trabajo que en Durangaldea se ha venido realizando de manera silenciosa pero, sobre todo, colaborativa. Ofreciendo soporte sanitario, a través de reparto de material de primera necesidad o elaborando mascarillas -indispensables para salir a la calle en la actualidad-, apoyo moral y social con la prestación de asistencia y orientación a personas que de un día para otro se vieron sin recursos para afrontar un confinamiento en el hogar, o respaldo emocional mediante las redes sociales como escenario de iniciativas culturales para aliviar las largas jornadas sin pisar la calle. Y, por supuesto, sin olvidarse de todos aquellos que han estado al pie del cañón, subiendo la persiana para que los vecinos pudieran tener su cesta de la compra cubierta gracias a la cercanía que ofrecían sus establecimientos.

Durante las doce primeras ediciones de estos galardones se han honrado a empresas, personas, entidades y asociaciones que se implicaban en la comarca tanto a nivel económico, cultural, deportivo como social. Pero las circunstancias de este 2020 obligaban a mirar a aquellos que, a pesar de la crisis sanitaria, no han cejado en su empeño por ayudar a los demás. En la entrega de premios, celebrada en Iurreta, se reconocieron a siete asociaciones y personas por esta labor encomiable, que será imborrable para todos.

Además, este año también ha dejado una pérdida en la comarca que será difícil de superar. Joseba Mujika perdía la vida el pasado mes de agosto mientras disfrutaba de unos días de asueto en Huesca. Aficionado al ciclismo, estaba sobre una bicicleta cuando falleció. Concejal del PNV durante varias décadas en Elorrio, durante su trayectoria política "dedicó los mejores años de su vida" a mejorar la vida de los vecinos de la villa. Su fallecimiento ha puesto en valor el legado que dejó en su paso por el Ayuntamiento de Elorrio. Un 2020 cargado de pérdidas pero con una semilla solidaria que ha crecido en la sociedad.