PEDRO, Juan, Carmen, o María, fueron algunos de los 340 vecinos durangarras que fueron asesinados hace 82 años en Durango. Eran las ocho y media de la mañana cuando la aviación italiana, al mando del Franco, decidió destruir la villa. Cuatro toneladas de bombas arrasaron casas, iglesias, conventos... “Desde Kurutziaga hasta la estación del tren, provocando un infierno”, recordaba ayer la alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras.

Ayer domingo se cumplían 82 años de aquel 31 de marzo de 1937. Un trágico día en el que la villa fue convertida en escombros con más de 200 bombas que fueron arrojadas en dos ocasiones, a las ocho y media de la mañana y minutos antes de las seis de la tarde. Además de las bombas numerosos vecinos fueron ametrallados cuando intentaban escapar de la muerte. “Durango no olvida, necesitamos justicia y verdad”, exclamaba ayer la primera edil.

Para mantener en la memoria lo acontecido hace en 1937, ayer, como todos los años, los vecinos se despertaron escuchando las sirenas que recordaban el momento de la llegada de las tropas franquistas. “Se me ha puesto la carne de gallina”, confesaba una vecina. Un sonido que junto a las campanas de Santa María intentaron alertar a los vecinos de que los aviones venían con la intención de sembrar la muerte. “Desde lejos parecía que caían papeles y después se escuchaba el ruido de las bombas”, rememoraban algunos supervivientes que fueron testigos de aquel día.

82 años después Durango rindió homenaje. Una jornada que comenzó ayer en el camposanto donde, con el sonido de las sirenas de fondo, representantes de PNV y PSE depositaron varios ramos de flores en el monolito de la cripta donde están inscritos los más de 300 nombres correspondientes a los vecinos asesinados.

Al mediodía, en el parque de Benita Uribarrena, se llevó a cabo el acto institucional, presentado por Félix Arkarazo. La alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras, recordó aquel trágico día de hace 82 años, cuando “aviones italianos bajo el control de Franco provocaron el infierno en nuestras calles, desde Kurutziaga hasta la estación del tren. Murieron mujeres y hombres de todos los colores políticos. Aquel 31 de marzo se pretendió enterrar nuestra villa bajo más de 200 bombas. Se quisieron enterrar las esperanzas, los sueños, vivencias, derechos y libertades de todo un pueblo. Aquel 31 de marzo marcó el inició de cuatro décadas de dictadura franquista, en la que se aplastaron los derechos, la libertad y la justicia. 40 años en la que la dictadura franquista contó su versión llena de mentiras, 40 años de represión. No podemos pasar la oportunidad y debemos decir que en estas calles y plazas se vivió el horror, mujeres y hombres fueron sometidos a un sufrimiento extremo en forma de bombardeo. Exigimos justicia y verdad”.

Al acto acudieron el lehendakari, Iñigo Urkullu; el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria; la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui; así como Itxaso Atxutxa, presidenta del BBB; e Idoia Mendia, secretaria del PSE, entre otros.