BILBAO - Hacer un mundo más accesible no es una utopía para Gorabide, aunque sí un anhelo por el que están trabajando con mucho interés. La asociación vizcaina en favor de las personas con discapacidad intelectual se ha propuesto formar a todas las informadoras que tienen puestos de atención ciudadana y hacer de ellas personas accesibles, una barrera con la que se encuentran muchas personas que padecen una discapacidad intelectual. Trabajadores de Metro Bilbao, Kutxabank, Museo Guggenheim, Museo Marítimo, Euskaltel, Teleasistencia... Hasta 150 personas han recibido cursos para convertirse en accesibles y no ser una verdadera barrera humana. Las trabajadoras de la oficina de Turismo del Ayuntamiento de Bilbao, las últimas en recibir las formación, cuentan su experiencia de la mano de Conchi Basabe, que les ha enseñado a comprenderle a ella y a las personas a las que representa.

“Cuando llegas a una oficina y la persona que te atiende se dirige a ti con diminutivos o incluso ni te mira y directamente habla con tu acompañante, te produce una sensación de tristeza muy grande. Te vas haciendo muy pequeñita, sí”. Conchi tiene 56 años y, aunque por su trayectoria se diría que está curada de espanto, sigue emocionándose cuando cuenta su experiencia vital.

Su paso por la oficina de Turismo del Ayuntamiento de Bilbao, situada en la plaza Circular, no ha dejado indiferentes a nadie del equipo. “Han sido muy generosos con nosotros a la hora de enseñarnos y corregirnos lo que hacíamos mal”, ensalza Ester Virto, responsable de la oficina. “En definitiva se trata de entender a la persona a la que estás atendiendo y para ello nos han enseñado a utilizar herramientas que no usábamos”.

No es fácil para una persona con una discapacidad psíquica aceptar que te ignoren, aunque Conchi confiesa que te llegas a acostumbrar. “Recuerdo una vez que tenía lumbago. Mi hermano y mi cuñada me acompañaron al ambulatorio. El médico no me preguntaba nada, se dirigía a ellos. Afortunadamente, son personas accesibles y le dijeron que yo podía explicarle mejor que síntomas tenía de mi dolor”.

También médicos, empleados de supermercados, peluquerías... recibirán estos cursos de formación que dan los propios miembros de Gorabide. La idea es llegar a todos los sectores de la sociedad.

En Bilbao Turismo, donde buscar la accesibilidad ha sido un reto desde sus inicios, este es un paso más que avala el certificado de accesibilidad universal que recibirán el próximo septiembre.

Ponerse en su lugar Conchi ha enseñado durante la formación que han recibido los trabajadores de Turismo la importancia de mirarse a los ojos. “Me cuesta expresar las cosas, pero si me miran a los ojos y tienen paciencia se rompe la barrera. Por eso queremos hacer un mundo donde todas las personas sean accesibles”.

Ana, una de las trabajadoras que ha recibido formación, reconoce que “no te lo llegas a plantear. Es verdad que a veces no les dejas explicarse y das por hecho cosas que no son”. Por eso, “lo más importante es ponernos en su lugar”, añade Inma, otra de las compañeras que ha asistido al curso. “Hablar en su lenguaje, ponerse en su papel”. Es la verdadera manera de romper barreras.

La directora de la Oficina de Turismo cree que al final, según avance nuestra vida, “todos vamos a tener alguna discapacidad y vamos a necesitar que nos atiendan personas accesibles”, predice Virto.

Tener como formadora a Conchi ha sido algo muy gratificante para este equipo. “Nos ha puesto muy fácil el poder preguntarle sobre muchos aspectos que pueden resultarnos complicados”, explica la directora de la oficina de Turismo.

Gorabide quiere impartir esta formación en todos los rincones donde haya un contacto con el público. El 85% de las personas con una discapacidad intelectual se encuentran asociadas a Gorabide, que reúne un colectivo de 4.700.

La oficina de Turismo de Bilbao tiene en la puerta de entrada a su hall un cartel que indica las diferentes formas de accesibilidad a las que está adaptada. También, según se entra, hay un camino adaptado a las personas con problemas de visión para llegar a un mapa con indicaciones en braille, así como rampas para personas con problemas de movilidad.

Ahora, además, las trabajadoras están preparadas para atender a personas con discapacidad psíquica. “Incluso nos han acompañado en las rutas que hacemos con guías por la ciudad para enseñarnos cómo debemos explicar a los visitantes con discapacidad que vienen a Bilbao, para que se sientan totalmente adaptados”, explica Virto.

Para ellos es una recompensa. “En unas vacaciones vino un joven con problemas de visión y pudo disfrutar de la ciudad sin ningún problema. A su llegada a Andalucía su madre nos llamó para darnos las gracias”. Esa es la recompensa.