bilbao - La entrega de los Premios Fronteras del Conocimiento sembró ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbao la certeza de que el conocimiento pasa por ser una fuente de bienestar, una guía a la hora de solucionar los desafíos urgentes a los que se enfrenta la humanidad, como las crisis climática y de biodiversidad. Eso es lo que se desprende de lo que transmitieron homenajeados, organizadores y autoridades.

Estos galardones de la Fundación BBVA se entregaron por primera vez en Bilbao, algo que celebró Carlos Torres Vila ante la mirada atenta del lehendakari, Iñigo Urkullu; del diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, y del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto. “Esta ciudad y el conjunto de Euskadi comparten con nosotros su vocación de apertura y proyección global”, les dijo el presidente de la fundación bancaria.

Los Premios Fronteras del Conocimiento se crearon en 2008 con el objetivo de reconocer e incentivar contribuciones de singular impacto, en especial aquellas que amplían significativamente el ámbito de lo conocido, hacen emerger nuevos campos o son fruto de la interacción entre diversas áreas disciplinares, en diferentes dominios de la ciencia, el arte y las humanidades. Los galardonados, además de un diploma y un símbolo artístico, reciben una dotación de 400.000 euros. Entre las 107 personas e instituciones que han recibido estos premios en la última década, siete de ellos han recibido después el Premio Nobel.

agradecidos En la gala de ayer los premiados no ocultaron su satisfacción por el reconocimiento que les traía al corazón de Bilbao. Charles Kane recogió en su nombre y en el de su colega Eugene Mele el galardón en Ciencias Básicas por el descubrimiento de los materiales aislantes topológicos. Kane reconocía que cuando estaba a medio camino en esta investigación “sentía como si estuviera desenvolviendo un regalo: es algo por lo que estar agradecido”.

En la categoría de Biología y Biomedicina el premio fue para Jeffrey Gordon, por demostrar el papel crucial del microbioma en la salud. Gordon no dudó en presentarse con un toque de humor ante los presentes: “Yo y mis trillones de microbios recibimos este magnífico premio...”.

Gretchen Daily y Georgina Mace fueron las premiadas en Ecología y Biología de la Conservación por emplear el conocimiento científico para desarrollar herramientas que combaten la pérdida de especies. En relación a este ámbito de trabajo Mace explicó que “es alentador ver el compromiso de los jóvenes, las poblaciones locales, las ciudades, las empresas y la industria, en un momento en que los gobiernos de muchos países están centrados en otras cuestiones”.

El jurado de los Premios Fronteras del Conocimiento señaló a Claudia Goldin como la galardonada en la categoría de Economía por su análisis de las causas de las brechas de género en la sociedad. Goldin no perdió la oportunidad de destacar ayer que “el problema sigue vigente y puede que siga siempre”. “Las mujeres son el 50% de la población”, añadió, “sin embargo, no han sido el 50% de la fuerza de trabajo. Contribuyen a la economía, pero a menudo de maneras que no se valoran plenamente”.

Quien no pudo estar presente en el Palacio Euskalduna para recoger su premio fue el norteamericano Noam Chomsky, quien había sido premiado en el área de Humanidades y Ciencias Sociales. El lingüista, que tiene 90 años, ha sufrido en las últimas jornadas un revés de salud y su médico le aconsejó que no viajara a Bilbao debido a su estado. A pesar de todo, Chomsky participó en la gala desde Arizona leyendo un discurso a través de un vídeo: “Es especialmente gratificante que este premio reconozca los logros de la así llamada empresa generativa. En los inicios, allá por la década de 1950, parecía una iniciativa exótica”.

En la categoría de Música y Ópera el galardón fue para John Adams, por componer “una música que es genuinamente de nuestro tiempo”, según el jurado. El autor, satisfecho por el reconocimiento a toda su carrera, quiso explicar en su discurso cuál era la intención de su obra: “He intentado en el curso de mi vida creativa recuperar la primacía del sentimiento y de la conexión emocional en mi música. Sobre todo en mis óperas, he buscado maneras de abordar con la música los mitos colectivos de nuestro tiempo, ya sean los de la identidad y aspiración nacionales, o la profunda complejidad psicológica de la experiencia humana”.

Por su parte, el lehendakari Iñigo Urkullu enlazó su discurso de clausura con el nombre de los galardones: “La palabra frontera se usa hoy como sinónimo de división y desconfianza. Estos premios utilizan la palabra frontera como horizonte; como espacio para compartir, enriquecer el conocimiento y la experiencia; una oportunidad para sumar y crecer en bienestar y justicia social”. Una reflexión que sin duda encaja a la perfección con lo que poco antes había expuesto Ivan Sutherland, el galardonado en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación por crear el primer sistema gráfico de interacción hombre-máquina e inventar el primer casco de realidad virtual: “Los que amplían las fronteras del conocimiento no lo hacen por el reconocimiento personal; lo hacen, como en mi caso, por la emoción de llegar adonde nadie ha llegado antes”.