A finales del siglo XIX, la localidad arratiana de Zeanuri tenía 18 molinos y seis ferrerías. Desde entonces, ambas actividades fueron perdiendo fuerza, hasta que la crisis de las ferrerías trajo la total desaparición de estas viejas fábricas de transformación del mineral de hierro en metal durante la segunda mitad del XIX. Como consecuencia de esta decadencia, se produjo una vuelta a las actividades agrícolas que exigieron la roturación de nuevas tierras y un mayor número de molinos para triturar las cosechas de cereal cada vez más abundantes, de forma que numerosas ferrerías se transformaron en edificios de molturación hidráulica, como fue el caso de los de Lanbreabe, Ibargutxi, Altziber y Olabarri.

Se sabe que a mediados del siglo XX funcionaban en Zeanuri unos once molinos pero, a partir de ese período, su agonía fue en aumento hasta el punto de que en 1979 ya solo lo hacían tres y dos de ellos producían únicamente para consumo doméstico. Desde hace casi dos décadas, el municipio pone en valor este rico patrimonio a través de un itinerario, de 18 kilómetros, que transcurre junto a nueve de estos molinos. Tras dos años con la interesante actividad suspendida a causa de la pandemia del covid-19, la asociación Joko Alai recupera la cita el próximo domingo, 8 de mayo, con el mismo objetivo y propósito de sus orígenes: “Ofrecer la oportunidad de conocer el patrimonio de los molinos y algunas de las barriadas que conforman este municipio vizcaíno asentado en las faldas del monte Gorbeia”, explican.

Inscripción en la plaza la XV Marcha de los Molinos de Zeanuri partirá a las 9.00 horas desde la plaza del pueblo, frente al Ayuntamiento y allí mismo se realizarán las inscripciones desde media hora antes de la salida. El precio por asistir ha quedado fijado en seis euros para los adultos -que se reduce a cuatro en caso de ser socio de Joko Alai- mientras que para los menores de 14 años es gratis. En el primer kilómetro los participantes pasarán junto a los molinos de Alcibar y Errotabarri. Este último, situado en la Cofradía de Otzerinmendi, fue construido en 1785, estuvo en funcionamiento hasta 1975 con Andrés Aldekoa como último molinero y en 2015 fue totalmente rehabilitado por la familia Manterola. Gracias a ello, “es el primero de los tres que se pueden visitar durante el recorrido”.

La ruta continúa, después, bordeando el embalse de Undurraga por su margen izquierda para llegar hasta el molino Barrengoerrota, ubicado al borde del arroyo Beretxikorta. De aquí, el recorrido asciende hacia el caserío Agarre, para descender hacia la barriada de Undurraga y dirigirse al molino de Ibargutxi, también totalmente rehabilitado “y donde aquellos que lo deseen tendrán la oportunidad de acceder a su interior para contemplarlo en funcionamiento”. Desde Ibargutxi se camina hacia el molino de Lanbreabe para volver hacia el embalse de Undurraga y bordearlo por la margen opuesta. Frente a la presa se establecerá el punto de avituallamiento, a cargo de Gastronomía Cantábrica, y tras reponer fuerzas, los participantes se adentrarán primero en la barriada de Otzerinmendi y después en la de Uribe, donde pasarán junto a los molinos de Intxaurbe, Axpe y Zulaibar. Ya en el último kilómetro del recorrido, llegarán al molino de Olabarri, que en 1995 empezó a ser rehabilitado por Fermín Pujana 1995 y reinaugurado en 2001, por lo que está “acondicionado para recibir visitas y se puede acceder al interior para contemplar las diferentes dependencias y verlo en funcionamiento”.

La marcha finalizará en la plaza de Zeanuri. La organización precisa a los interesados en asistir que “hay también un recorrido de doce kilómetros, para niños o personas no preparadas físicamente, que desde el punto de avituallamiento se dirige también a la meta”.