"Que se cierre el círculo y que los restos del tío Pedro vuelvan a su pueblo, a los terrenos que serían suyos", precisamente porque las parcelas sobre las que se asienta en la actualidad el cementerio de Galdakao eran de su propiedad. Es el deseo expresado ayer jueves, en boca de su sobrino Josu Larrea, por la familia de Pedro Asúa Zubiaur, natural de la localidad vizcaina y que al inicio de la Guerra Civil se alistó como voluntario en el batallón Zabalbide, de la Izquierda Republicana. Sin embargo, en junio de 1937, tras la caída de Bilbao, fue hecho prisionero y destinado al batallón de Trabajadores nº15 de la 4ª compañía, en el parque de bomberos de Jaca, y tras un juicio celebrado la tarde del 6 de febrero de 1938, resultó condenado a muerte por un tribunal militar y fue fusilado a la mañana siguiente. Tenía solo 21 años y todos los indicios apuntan a que su cuerpo fue depositado, sin nombre, en una fosa común existente en una de las esquinas del antiguo cementerio de Jaca.

Su familia supo de su fallecimiento, pero apenas disponía de más información hasta que en 2005, su nieto Josu Larrea descubrió que su tío abuelo se fue voluntario al frente y que había sido fusilado en Jaca. Nada más saberlo se puso en contacto con el forense Paco Etxebarria y comenzó a investigar. Desde entonces no ha descansado y gracias a su tenacidad ha sido posible saber con exactitud dónde se encuentran los restos mortales de Pedro Asúa y la posibilidad de su exhumación y regreso a su localidad natal están, ahora, más cerca que nunca.

Gestiones con Jaca

Ya en 2017, el Ayuntamiento, junto a la asociación Galdakao Gogora, mostraron su interés y predisposición por intentar recuperar los restos de este vecino fusilado. Las gestiones se han reactivado durante la actual legislatura hasta el punto de que el pasado viernes, 10 de diciembre, el alcalde de Galdakao, Iñigo Hernando, el propio Josu Larrea, el historiador que trabaja con el Consistorio galdakoztarra, Ander Aperribai, y Kepa Lizarraga, miembro de Galdakao Gogora, acudieron hasta Jaca para reunirse y tratar el tema con su primer edil, Juan Manuel Ramón, y otros miembros de la corporación local. Esa toma de contacto fue fructífera ya que ambos consistorios mostraron su compromiso de colaborar en la localización, identificación y exhumación del cuerpo de Pedro. Tras ese encuentro, el regidor de Jaca relató que "nuestro municipio es muy sensible con este tema y llevamos años realizando reconocimientos a las personas que fueron vilmente asesinadas" y, sobre este triste episodio de su historia, mencionó que "en Jaca sabemos de la existencia de alrededor de 400 personas enterradas en fosas comunes". Sobre la intención del Ayuntamiento de Galdakao y de la familia de Asúa de exhumar sus restos, el alcalde expresó que "por parte de este Consistorio no vamos a poner ningún inconveniente y se darán los pasos que sean necesarios para que esta persona sea localizada, identificada, exhumada y trasladada a donde están sus familiares".

El alcalde de Galdakao, por su parte, precisó ayer jueves las gestiones que se van a activar para lograr este objetivo. "Ya hemos registrado, tanto en el Ayuntamiento de Jaca como en el Gobierno de Aragón, un informe preliminar sobre el caso de Pedro Asúa que ha sido elaborado gracias a la Sociedad de Ciencias Aranzadi" y la predisposición del consistorio galdakaoztarra "es llegar hasta el final y hacer realidad el deseo de la familia de traer aquí el cuerpo". Ante estas noticias, Josu Larrea, ha mostrado su satisfacción. "Estamos en un punto de inflexión. Tras tantos años de trabajo y trabas, el caso tiene ahora un empujón y vemos que existe la oportunidad y la garantía de recuperar los restos de mi tío. Estamos muy agradecidos por los avances obtenidos".