Síguenos en redes sociales:

"La batalla en Marzana va a ser larga, a ver qué pasa"

Hosteleros del muelle presentarán recurso: "No tendría ningún sentido quedarse de brazos cruzados"

"La batalla en Marzana va a ser larga, a ver qué pasa"Oskar Gonzalez

Tarde complicada la de ayer para los negocios del muelle de Marzana, donde la decisión de la Dirección de Costas de suprimir las terrazas hosteleras de la zona degeneró primero sorpresa, más tarde frustración y por último, una vez digerida la noticia, la respuesta de presentar recurso al cierre. Alivio en cambio para la plataforma de vecinos que se ha puesto en pie de guerra para “defender su derecho al descanso”, que ve luz tras cinco años de presión, 

No era día grande en la zona, acontecimiento reservado básicamente a la liturgia de la tarde-noche del fin de semana, y se notó en la actividad a medio gas de los bares, pero en todos se masticó el espeso runrún de la supresión de la principal vía de ingresos de la actividad hostelera de la zona.

Negocio basado en el área exterior

Salvo alguna excepción, los trabajadores de los pocos locales abiertos a media tarde fueron informados por los propietarios de los establecimientos tras la reunión con el Ayuntamiento. De modo que cuando DEIA publicó a las 16.30 horas la noticia ya la conocían, pero no ocultaron su asombro por el golpe que puede suponer la medida. 

“No hay más que mirar el interior del bar, tenemos tres mesas, sin la terraza el propietario tendrá que cerrar”, indicó a este diario un camarero al tiempo que leía en deia.eus la noticia. Poco antes, un grupo de hosteleros de Marzana había pasado frente al local “hablando entre ellos” y en dirección a otro bar. Tras localizar su destino, uno de ellos explicó a este diario que no iban a hablar: “No vamos a decir nada, pero la batalla va a ser larga, a ver qué pasa al final”. 

Presentación de recursos

Con el compromiso del anonimato, este empresario añadió que, al menos en su caso, la respuesta a la pregunta de si van a presentar recursos a la decisión de Costas es clara. “No tendría ningún sentido quedarse de brazos cruzados. Este negocio funciona básicamente de viernes a sábado, por la tarde y al principio de la noche, con turistas y con gente de aquí. Pero esto no es un sitio de paso donde la gente viene a tomarse un café, si perdemos las terrazas estamos muertos. Yo y todos los hosteleros”, indicó. 

Te puede interesar:

A la espera de conocer como se resuelven los posibles recursos, portavoces de los vecinos que se han movilizado por esta cuestión indicaron a este diario que no están “en contra de los bares o las terrazas de la zona, sino en contra de los que abusan del tiempo y los usos” que marcan el reglamento.

La batalla, como anuncian los hosteleros continuará. En juego está el equilibrio entre el derecho de los vecinos a vivir en un entorno sin ruido y la actividad económica que se ha generado en el muelle gracias a la hostelería. Un choque que entra ahora en terreno judicial tras fracasar la vía del entendimiento entre ambas sensibilidades.