La próxima apertura de una nueva discoteca de grandes dimensiones en Bolueta se antoja un contrapunto a la tendencia a la baja en que parece sumido el ocio nocturno en Bilbao. Los tiempos cambian y con ellos las costumbres, que apuntan a un auge de la actividad hostelera en horarios más tempraneros, como el de la tarde, frente a la que se da de madrugada. Un fenómeno que no es exclusivo de la capital vizcaina, pero que cada vez es más patente en sus calles y plazas.

“Al ocio nocturno de Bilbao le está pasando lo que está sucediendo en otras ciudades. A nivel estatal, a excepción quizás de Madrid y Barcelona, en el resto también está en una situación complicada. Hay un descenso de facturación porque hay un descenso de clientes”, señala el gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, quien apunta a un motivo fundamental como es el demográfico: “Menos gente joven supone menos actividad por la noche”.

El público veinteañero es el que predomina en los locales nocturnos y, según remarca Sánchez, “con respecto a hace quince años, la población joven se ha reducido prácticamente a la mitad. Eso se nota de manera importante en este ámbito de la hostelería”, en el que constata una disminución en el número de establecimientos de ese tipo: “Y no solo en Bilbao. Si vamos a municipios más pequeños de Bizkaia pasa lo mismo e incluso las grandes discotecas que estaban en carreteras, como el Txitxarro, han ido desapareciendo paulatinamente. Todo se ha ido concentrando en unos locales que funcionan bien, pero evidentemente son mucho menos de los que había hace unos años”.

El gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia no pasa por alto también las variaciones en los hábitos de la juventud: “Se ha instaurado una forma de socializar que es el botellón, que antes no existía y que quita una parte importante de actividad a unos locales determinados”.

Con todo, el envejecimiento de la población no ha hecho que la costumbre de ir de copas o tomarse unas cervezas con amigos pierda adeptos, sino que se transforme. “Si tenemos en cuenta que el grueso de la pirámide de población está de los 40 años para arriba, gente a la que las ocho de la mañana les quedan ya lejos para estar de fiesta, buscamos otras fórmulas, porque nos sigue gustando el ocio y socializar”, argumenta Sánchez, quien ve “lógico que las tardes hayan cogido una fuerza que quizás antes no tenían” a la hora de salir a divertirse. “A muchos ahora el tardeo le viene mejor, porque no llegan tan tarde a casa y al día siguiente están en mejores condiciones”, asevera.

Este fenómeno no ha pasado desapercibido para los propietarios de locales nocturnos. En Bilbao son varios los que han introducido las sesiones de tardeo, que arrancan en torno a las 17.00 horas. Uno de ellos es la Sala Moma. “La gente está muy contenta con esta alternativa. Es otro ambiente, otro público... Los que son un poco más mayores están muy a gusto, sin problemas en comparación con la noche”, destaca Luis Ángel Rodríguez, gerente de esta discoteca situada en pleno centro de Bilbao, en calle Rodríguez Arias.

Reconoce el responsable de Moma que este horario va al alza, mientras que “el ocio nocturno ha bajado un poco en comparación con otros años”. En ello influye también, en su opinión, el hecho de que “cada vez restringen más las cosas. Los locales se tienen que adaptar a lo que hay y cada vez hay menos oferta”. En cuanto a la conflictividad que se asocia a este tipo de establecimientos, Rodríguez se felicita de la mejora experimentada: “En los últimos seis meses no hemos tenido ningún altercado”. Esto lo atribuye a la “colaboración” establecida con el Ayuntamiento de Bilbao: “La Policía Muncipal está más pendiente. En los cierres, que es cuando había los problemas, están actuando muy bien. Es la manera de evitar incidentes”.