Iñaki Suárez: "Trabajamos para que el resultado de la vendimia sea el mejor"
La Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina busca herramientas para hacer frente a los efectos que el cambio climático genera en la uva
La mala cosecha de los últimos años ha estado marcada, en parte, por los efectos del cambio climático que han dejado temperaturas extremas, lluvias torrenciales y cambios bruscos de tiempo. En este sentido, la vendimia de las últimas dos campañas no ha sido positiva y ha generado grandes pérdidas en el sector. Es por ello que, la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina trabaja en desarrollar métodos y herramientaspara hacer frente a estas consecuencias meteorológicas, y tratar de adaptarse a la situación para que los próximos años sean fructíferos.
Desde el año 2023 el Consejo Regulador de la DOP (Denominación de Origen Protegida) Bizkaiko Txakolina trabaja en colaboración con la Diputación Foral de Bizkaia en proyectos que investigan herramientas de adaptación al cambio climático y búsqueda de un mayor equilibrio en la gestión de las viñas. Iñaki Suárez explica que actualmente son tres los bloques de acción: control fitosanitario, alternativas en la gestión de la cubierta verde y en sistemas de conducción de vid.
"El primer bloque de acción viene determinado por la sensibilidad medioambiental a la hora de la eliminación de herbicidas y determinados tratamientos químico-sintéticos, buscando alternativas", comenta. En segundo lugar, explica que "también se está analizando la perspectiva de posibilidades de conducción de la viña que permitan no solo espacios de aireación, ventilación y luminosidad, sino de aprovechamiento en cuanto al rendimiento de lo que son la propias cepas".
Nuevos ensayos
Asimismo, en este último año el Consejo Regulador ha incorporado dos nuevos ensayos en el estudio para la reconversión medioambiental del viñedo en Bizkaia, con el objetivo de dotar al sector de soluciones que garanticen el presente y el futuro de los grandes vinos vizcaínos, reafirmando así el compromiso con un modelo productivo sostenible.
Con estos proyectos el Consejo Regulador también pretende recuperar niveles más cercanos a la media histórica por hectárea. "No podemos olvidarnos de que en la denominación de origen Bizkaiko Txakolina los rendimientos medios que tenemos por hectárea son bajos de por sí. No solo en limitación de reglamento, que sería de 11.000 kilos en las variedades blancas, sino que la realidad es que nos movemos en una secuencia de aproximadamente 6.000 kilos por hectárea. Esto es un rendimiento que demuestra por un lado, la apuesta de Bizkaia no tanto por la cantidad sino por la calidad, pero a la vez es una muestra clara de que son rendimientos realmente bajos", asegura Suárez.
Además añade que "en función de la resiliencia que tengan nuestras plantas, que están cambiando su comportamiento por estas alteraciones climáticas, los bodegueros y bodegueras se tienen que adaptar y estar atentos, que es lo que están haciendo ya; y trabajar para que el resultado sea el mejor. ¿Y cuál es el mejor resultado? Una cantidad de uva recibida que permita que los proyectos sean viables, y por supuesto manteniendo la calidad y singularidad que hasta ahora han demostrado".
Los datos de las últimas campañas —lo recogido en los dos años anteriores ha supuesto casi un 40% de pérdida en la producción— no invitan al optimismo y según Iñaki Suárez, "supone un problema realmente serio al ser Bizkaia un territorio tan pequeño que maneja 445 hectáreas, 35 bodegas y 172 viticultoras y viticultores". Es por ello que esta campaña resulta tan crucial para ellos. "Necesitamos uva y necesitamos que aparezca un poco de luz para que recuperen la sonrisa, porque llevan dos años sufriendo muchísimo. No nos atrevemos a dar datos, pero queremos confiar en poder acercarnos a la media histórica de rendimiento por hectárea", sentencia.
La vendimia de la esperanza
Mientras que algunas bodegas comienzan ahora la campaña de la vendimia, en Magalarte recogen los últimos frutos de sus parcelas para continuar con el proceso. "Después de recoger la uva por parcelas y variedades, ahora toca sembrar las levaduras que hemos elegido para cada una de ellas, y esperamos a que haga la fermentación. Una vez hecha la fermentación, ya es txakoli que limpiamos y pasamos a otro depósito", explica Haizea.
La sexta generación de Magalarte
A continuación, el txakoli reposa unos meses en las barricas. "A nosotros nos gusta tenerlo aproximadamente dos meses o tres en la barrica si la demanda nos lo permite. Si ha sido una añada que ha sido un poco más bajita, lo que hacemos es coger diferentes porcentajes de diferentes barricas y hacer el txakoli", añade.
Aunque el tiempo no les ha acompañado y los efectos del cambio climático cada año son más evidentes, los viticultores y viticultoras de Bizkaia confían en que esta sea una buena campaña de la vendimia y en poder remontar respecto a lo perdido en años anteriores. Como se suele decir, la esperanza es lo último que se pierde.