Hace 25 años, dos aficionados a las setas llamaron a la puerta de Plácido Iglesias tras leer un reportaje suyo en prensa. Querían poner en marcha una asociación micológica en el municipio de Durango, un territorio con larga tradición recolectora, pero sin un punto de encuentro donde compartir esta pasión. “Hacía falta una entidad para poder realizar consultas, evitar envenenamientos y juntarnos los aficionados a las setas y nos animamos a crearla”, recuerda muy satisfecho con la decisión Plácido Iglesias, bilbaíno afincado en la villa durangarra desde hace más de cuatro décadas y hoy vicepresidente de Errotari.
Junto con José Luis Gorospe, Alfon Ortuondo, Piedad Dorado, José Luis Uribelarrea, Joseba Ortiz de Zárate y Jon Azula, dieron forma a la nueva sociedad micológica. Su primera gran cita no tardó en llegar con una exposición de setas en las fiestas de San Fausto, con actividades para los más pequeños en la plaza del mercado. Aquella fue la semilla de una trayectoria que ha consolidado a Errotari como referencia micológica dentro y fuera de Euskadi.
En la actualidad, la asociación cuenta con alrededor de 400 socios. Los más activos, se juntan todos los lunes a las 19.30 horas, en la sede de Laubideta. Allí cuentan con un pequeño laboratorio donde analizan las diferentes especies, dan respuesta a consultas e intercambian opiniones.
La cuota anual de los integrantes de Errotari es de apenas 15 euros, que incluye la revista micológica que publican, auténtico emblema de la entidad. “Es una revista que vale bastante más de lo que cobramos por ser socio. Todos los años editamos una revista de micología de verdad, con más de 30 especies nuevas publicadas durante el recorrido de la publicación. Nosotros hemos descubierto varias y otras con la ayuda también de micólogos que mandan artículos con especies nuevas. La revista tiene mucho prestigio; es algo muy especial para Durango”, puntualizó orgulloso Iglesias.
El prestigio de la publicación ha traspasado fronteras, con numerosos artículos de investigadores de Francia o Italia, suscriptores en ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia, e incluso lectores en Suiza, Francia o Italia. Además, se intercambia con otras revistas especializadas, generando una red de conocimiento científico en la que el municipio de Durango ocupa un lugar destacado.
El 25 aniversario de la asociación ha llegado con un programa repleto de actividades. El pasado viernes tuvo lugar una charla con el doctor Josep Piqueras, experto en micología médica, que maravilló a los asistentes con la conferencia Propiedades medicinales de las setas. La programación regresará el próximo viernes a San Agustín Kultur Gunea (19.30 horas) con José María Treva Belay, presidente de la Federación Gallega de Micología, quien ofrecerá la charla El género russula, por si te pica la curiosidad.
Las actividades micológicas continuarán el primer fin de semana de octubre. Con el objetivo fundamental de acercar la micología a la ciudadanía, el sábado, día 4, se celebrará la tradicional salida al monte. Desde las 8.00 horas en Ezkurdi, todos los aficionados que lo deseen, sean o no socios de Errotari, tomarán parte en la recogida popular de setas volviendo sobre las 14.00 horas, a Landako Gunea donde se entregarán los ejemplares y se hará un pequeño lunch. Ya por la tarde, el turno será para clasificar las setas y entregar las cestas que no hayan sido entregadas por la mañana.
Mas actividades
En la jornada del domingo, 5 de octubre, se abrirá la exposición a las 11.00 horas, con la presencia permanente de miembros de Errotari para aclarar las dudas de todo el que lo solicite. Como viene siendo habitual, se premiará la mejor cesta de setas donde se valorará la limpieza, presentación y variedad de ejemplares a juicio de miembros cualificados de Errotari. A las 12.00 horas, dará inicio el concurso de setas para menores de 16 años con regalos para todos los participantes. Durante toda la mañana se organizarán diferentes juegos y entretenimientos micológicos para los más pequeños. En este apartado, la novedad llegará con el primer concurso de disfraces de setas. Sobre las 13.30 horas, se entregarán los reconocimientos del consolidado concurso de fotografía micológica, que celebra su vigesimotercera edición. Tampoco faltará la degustación de setas con pintxos variados y bebidas a un módico precio.
Más allá de las actividades locales, Errotari también ha servido de punto de encuentro y formación continua. Ese espíritu de curiosidad y de compañerismo es uno de los motores que ha mantenido viva a la asociación durante estos 25 años. Y es que sus socios participan en congresos y reuniones, donde comparten y contrastan conocimientos. “En la micología tú enseñas, pero también aprendes mucho. Incluso errores que tienes adquiridos, que piensas una cosa, te sacan de ese error. Es una enseñanza por ambas partes”, reflexiona Iglesias.
Sin relevo
En lo que al futuro se refiere, desde Errotari lo contemplan con una mezcla de ilusión y preocupación. A pesar de que la asociación micológica ha alcanzado un grado de reconocimiento y consolidación sólida, sus responsables no esconden la inquietud que genera la falta del siempre necesario y fundamental relevo generacional. “No entra gente joven en la asociación, y los pocos que se acercan no se involucran. Los jóvenes que tenemos son socios pasivos y eso es un problema. Nadie se quiere comprometer a trabajar en la entidad y dedicarle horas”, lamentó con sinceridad el vicepresidente y uno de los fundadores.
Como suele ser habitual, la continuidad de Errotari depende en gran medida de que nuevas generaciones recojan el testigo. Hoy en día, este problema afecta a buena parte de las asociaciones. Y es que el compromiso del voluntariado, que durante décadas fue el motor de estas entidades, hoy resulta más que difícil de encontrar. Iglesias tiene muy claro lo que suele ocurrir en la actualidad. “La afición a las setas se transmite de padres a hijos, pero lo que no se hereda es la pertenencia activa a una asociación y el trabajar gratis”.
En esta línea, Plácido reconoció que “lo vemos complicado para mantenernos porque nos vamos haciendo mayores y no viene gente detrás. Mientras aguantemos los que estamos, los de siempre, seguiremos trabando, pero no hay relevo generacional. La afición a las setas se pasa de padres a hijos, pero lo que no se pasa es pertenecer a una asociación y el trabajar gratis. Las asociaciones en general, van en caída libre”.
Orgullo
A pesar de la preocupación lógica de no ver nuevas generaciones tomando el testigo, desde Errotari mostraron las ganas e ilusión de seguir trabajando por la micología. Y es que la satisfacción por lo conseguido pesa más que las dudas. “Nos sentimos orgullosos de lo que hemos conseguido. Mi deseo es continuidad; que haya gente que se involucre más y que Errotari siga adelante porque para eso la montamos hace 25 años”, zanjó Plácido Iglesias.