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Lekeitio Lagunkoia: la mirada de las personas mayores que transforma el pueblo

Un grupo de vecinos senior trabaja para fomentar un envejecimiento activo y saludable, promoviendo la colaboración vecinal y mejorando la vida comunitaria en Lekeitio

Lekeitio Lagunkoia: la mirada de las personas mayores que transforma el puebloLekeitio Lagunkoia

En Lekeitio, la plaza, las calles y los rincones cuentan historias de su pasado, pero también reflejan el compromiso de quienes buscan que el pueblo siga siendo un lugar habitable y cercano para todos. Entre ellos se encuentra Lekeitio Lagunkoia, un colectivo formado principalmente por vecinos mayores de 50 años que trabaja desde la perspectiva de las personas mayores, pensando en cómo mejorar la vida diaria y la convivencia del municipio. Desde hace 8 años, el grupo ha ido poniendo en valor espacios del pueblo, fomentando la participación vecinal y creando oportunidades de encuentro y socialización adaptadas a quienes ya han acumulado experiencia y años, buscando también que la comunidad se beneficie de su conocimiento y vivencias.

El grupo forma parte de un movimiento impulsado por el Gobierno Vasco y vinculado a la Organización Mundial de la Salud, orientado a diseñar “ciudades amigables” pensadas desde la perspectiva de las personas mayores. Según Julián Arrate, miembro activo del colectivo, hace “alrededor de una docena de años, a nivel de Euskadi, se empezó a configurar en distintos municipios, y desde 2017 comenzó su primera andadura en Lekeitio”. La iniciativa no solo se centra en mejorar el entorno físico, como la movilidad, el transporte o los espacios libres, sino también en fortalecer la convivencia y la vida social del municipio.

El grupo está formado aproximadamente por una docena de personas voluntarias, que se reúnen mensualmente, apoyadas por una empresa técnica que gestiona reuniones y actas, y por la concejala y teniente de alcalde de Lekeitio Zuriñe Gojenola. Aunque la mayoría de los voluntarios son personas mayores de 50 años, las actividades organizadas por Lekeitio Lagunkoia están abiertas a todo el pueblo. Según Arrate, la perspectiva del grupo es “la de la persona mayor para mejorar el entorno con la experiencia que te da tener unos años y las dificultades que encuentras en esa etapa de la vida”. Además, asegura que al mirar la situación desde esa perspectiva se intenta también paliar dificultades que afectan a generaciones más jóvenes, como la falta de vivienda.

El colectivo combina la promoción de un envejecimiento activo y saludable con la creación de espacios de socialización y participación comunitaria. Arrate recuerda que él ha estado vinculado a movimientos voluntarios desde los 18 años, en ámbitos deportivos y culturales, y considera que esta labor es “una continuación de lo que he estado haciendo de joven”. En Lekeitio Lagunkoia, el envejecimiento activo no es solo físico: se busca también combatir la soledad no deseada, un problema que, según Arrate, afecta tanto a mayores como a jóvenes. Para ello, se crean oportunidades de participación social, donde la gente puede sentirse querida y en un entorno agradable, y “sacar la vida de casa”.

Acciones visibles en el pueblo

La planificación de las actividades se hace de manera metódica. Cada mes, el grupo se reúne para revisar un plan de actuación con múltiples puntos e hitos, identificar objetivos y coordinarse con el Ayuntamiento. Arrate explica que no se improvisa: “No queremos ir de kamikazes y decir, bueno, vamos a pintar los bancos de este parque. Nos coordinamos con el alcalde y le preguntamos qué prioridades hay en el pueblo”. Así, algunas de las actuaciones recientes han incluido el repintado de los bajos del Ayuntamiento, la creación de espacios para que los niños pinten figuritas y grafitis en la plaza de San Andrés, la reproducción de un cuadro del siglo XX para promocionar el txakoli de Lekeitio y visitas guiadas para dar a conocer el patrimonio local.

La asociación también ha impulsado medidas de carácter práctico, como la creación de baños públicos de uso libre en todos los bares del municipio, cambios para la correcta recogida de excrementos de perros y mociones a Osakidetza para asegurar la presencia de un médico en el pueblo.De forma paralela, el grupo auzolan, en el que participan personas más jóvenes, se integra en las convocatorias mensuales y colabora en tareas concretas, como la recuperación de la ermita de Santa Elena. Allí, además de restaurar el edificio, está previsto pintar el logo de la asociación para visibilizar el trabajo que se está realizando. Este tipo de actuaciones se complementa con la explicación histórica de cada espacio, como el lagar de txakoli, considerado el más antiguo de Euskadi, y con la historia de la producción local, que en su momento llegó a alcanzar hasta 900.000 litros de txakoli en Lekeitio.

Repintado de la pared infantil para devolver el espacio a los niños.

El 1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, Lekeitio Lagunkoia realizará un recorrido por los distintos espacios donde se han llevado a cabo actividades, combinando la celebración con la reflexión sobre la historia y la cultura del pueblo. Arrate subraya que el propósito principal es que la gente “lo pase bien, socialice y luego intente mejorar las cosas que tenemos”. La jornada termina con una comida en el club de los jubilados, reforzando el carácter comunitario y festivo de la iniciativa.

Retos y futuro

A pesar de la buena respuesta a las actividades —las sesiones de zarzuela y cine congregan entre 50 y 60 personas, mientras que el cine club mensual atrae a 15-20 asistentes—, la asociación reconoce que uno de los mayores retos es atraer nuevos voluntarios, especialmente hombres, ya que la mayoría del grupo está compuesto por mujeres comprometidas. Arrate asegura que la participación no requiere un gran compromiso: “Es una asociación muy sencilla y no requiere mucho compromiso: nos reunimos una vez al mes durante una hora, y la actividad puntual depende de la carga de trabajo que suponga. Además, nos comunicamos por WhatsApp”. El objetivo es animar a las personas a acercarse, probar y quedarse si quieren.

Proyección de la película “El piano” con 42 participantes en total.

La financiación de la asociación proviene de una subvención del Gobierno Vasco, destinada principalmente a sufragar la figura técnica que apoya las reuniones y organiza las convocatorias. El resto del trabajo lo asumen los voluntarios: preparar carteles, difundir información, coordinar charlas y visitas, o encargarse de los recursos necesarios para las actividades. Además, Lekeitio Lagunkoia colabora con otras asociaciones, como el Banco de Tiempo Libre, donde se intercambian conocimientos y servicios sin que el dinero sea un obstáculo, o con Lekitto Bedarra, ganador del premio Lagunkoi 2023 por su proyecto “Lagunak egiten ortuan”. Este grupo, además, es suministrador habitual de verduras al Banco de Alimentos y al convento de las monjas dominicas, y dinamiza de forma constante numerosos auzolanes. Según Arrate, se busca que “el valor que tenemos en el pueblo de gente y de conocimiento se expanda sin que el dinero sea un obstáculo”.

Mirando al futuro, el grupo ha sacado un díptico con las actuaciones realizadas y está preparando un vídeo para proyectar en el cine del pueblo. El objetivo es que más personas conozcan su labor y se animen a participar. Como subraya Arrate, la intención es mantener siempre abiertas las puertas: “Quien quiera venir, siempre encontrará las puertas abiertas; si le gusta, se queda, y si no, no pasa nada”.

Lekeitio Lagunkoia demuestra así cómo la experiencia y el compromiso de las personas mayores pueden generar un impacto positivo en toda la comunidad. Su labor no solo mejora los espacios físicos del municipio, sino que fomenta la cohesión social, la cultura, la participación y el bienestar, dejando una huella visible y duradera en la vida de todos los vecinos.