El periodismo local en general y, en particular, este diario están de luto tras la muerte ayer del periodista Emilio Zunzunegi a los 65 años víctima de una enfermedad. Con el fallecimiento de Zunzunegi, el viejo oficio de la comunicación pierde a un maestro que ha enseñado a varias generaciones de periodistas la importancia de estar sobre el terreno y de escuchar a la gente. Con esos principios, nuestro compañero ha sido voz y altavoz de lo que ocurría en los municipios en los que ha desarrollado su carrera este barakaldarra con alma minera. Siempre cercano, atento, generoso y con una noticia que dar.
La última, por desgracia, la que jamás nos hubiera gustado dar y la que aún estamos tratando de digerir. El fallecimiento de Zunzunegi ha generado una conmoción proporcional a la huella que con su cercanía y buen hacer ha dejado en muchas personas y colectivos. “Emilio se hacía querer muchísimo y se preocupaba por los demás mucho más que por él mismo. Por su forma de ser, por haberse sabido integrar genial en todos los sitios ha dejado una huella muy profunda en Meatzaldea. Era un periodista a la antigua usanza”, señaló Borja Liaño, alcalde de Muskiz entre 2011 y 2021.
La figura de Emilio Zunzunegi trascendía el mundo del periodismo, ya que, por su implicación y su dedicación, nuestro compañero se convirtió en un imprescindible en todo aquello que sucediese en Meatzaldea. Intentó llevar siempre a las páginas de este diario las señas de identidad de esta comarca que hace gala de una gran personalidad y cuenta con joyas como, por ejemplo, los barrenadores y los bolos a katxete, práctica a la que dedicó todo el cariño y la pasión del mundo. Porque la pasión y el cariño han sido dos pilares básicos de la vida de nuestro compañero. Se desvivía por su mujer, Marian, y por sus hijas, Nerea y Laura, los motores de su vida a los que en los últimos años se sumaron sus dos nietos, de los que con frecuencia enseñaba simpáticas fotos y vídeos como buen y orgulloso abuelo.
Eso en el ámbito familiar, pero es que en el ámbito profesional la pasión por contar la actualidad le brotaba por los poros de su piel. Siempre surgían temas de esa mente que no paraba de crear y de buscar cosas que contar. “El periodismo local acaba de perder a un maestro, a un referente. He aprendido muchísimo de Emilio. Veía los temas donde otros no los veían. Siempre mostró un gran interés en conocer y dar a conocer la cultura y la historia de los municipios que cubrió. Además de un grandísimo periodista, era una gran persona”, reconocía Koro Mendieta, compañera de Tele 7 que ha compartido infinidad de ruedas de prensa con Emilio.
INSUSTITUIBLE
Hablar de Emilio Zunzunegi es hablar de un periodista que, por su cercanía y por trascender de su labor informativa, es, simplemente insustituible en Meatzaldea. Porque cuando la salud le fallaba y acudía en su lugar a las ruedas de prensa y reportajes otro periodista, percibía a las primeras de cambio la inmensidad y el calado de la figura de Emilio. “Va a ser insustituible porque no va a haber nadie que conozca tanto la comarca, su tejido asociativo y cultural y que se haga querer tanto como lo ha hecho Emilio”, agregaba Mendieta, quien recibió la noticia de su fallecimiento como un “shock”.
Ese dolor también está muy presente entre quienes cada día hacemos posible DEIA. Ejemplo de ello, nuestra compañera Elixane Castresana. “Estoy en shock. Había hablado hace poco con él y como era un apasionado del periodismo, nada más decirte que se encontraba bien, te contaba un posible tema. De hecho, me ha quedado un reportaje en el tintero con él”, apuntó la encargada de la información de Enkarterri en este diario. Castresana tiene muy claro que “Emilio escribía la mejor prosa de la sección con ese estilo tan particular en el que sacaba brillo a cada palabra”, destacaba Elixane Castresana al tiempo que apuntaba que el legado de Zunzunegi es “el de reivindicar el periodismo local. Siempre le guió el entusiasmo por los municipios que cubrió y él nos enseña el camino de que debemos cuidar como periodistas a los pueblos y sus gentes”.
Emilio se ha marchado pronto, con aún muchas noticias que dar y con muchos consejos que regalar a quienes hemos crecido profesional y personalmente a su lado, pero lo hace con el respeto y la admiración de la profesión y, sobre todo, de las personas de los municipios en los que trabajó. Porque Emilio Zunzunegi fue el periodista del pueblo, fue el cronista de Meatzaldea desde las páginas de DEIA. Desde aquí mandamos nuestras condolencias y nuestro apoyo a sus familiares, allegados y amigos. Muchísimas gracias por todo lo que nos has dado y nos has enseñado Emilio, te acabas de ir y ya te echamos muchísimo de menos.