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El gran reto de cerveza al que se enfrenta un pueblo de Bizkaia

El barrio de San Kristobal celebra este sábado su 'Egarri Bako Eguna' con parrillada, música y ambiente comunitario

El gran reto de cerveza al que se enfrenta un pueblo de BizkaiaAyuntamiento de Igorre

El barrio de San Kristobal, enIgorre, se prepara para celebrar este sábado 5 de julio una jornada tan singular como festiva. El reto de beberse mil cervezas entre vecinas, vecinos y amistades, bajo el nombre de Egarri Bako Eguna. La propuesta forma parte de las fiestas del barrio y se llevará a cabo desde las 12:00 hasta las 20:00 horas, con música, parrillada y muy buen ambiente como acompañamiento.

El desafío consiste en llenar el abrevadero de la fuente del barrio con botellines de cerveza; una estructura que forma parte del mobiliario urbano restaurado hace una década y vaciarlo en grupo antes de que caiga la tarde. Según cálculos de la organización, el recipiente tiene capacidad para acoger más de 900 botellines, aunque se estudia redondear la cifra y alcanzar los mil.

La idea de esta original celebración surgió hace diez años, cuando se restauró la fuente del barrio. Entonces, varias personas recordaron que, en los años noventa, el abrevadero se utilizaba de forma improvisada para enfriar bebidas, aprovechando el agua fría que corría por él. Aquella costumbre vecinal ha servido se inspiración para recuperar el espíritu festivo con este peculiar reto, justo en el décimo aniversario de su rehabilitación.

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La actividad está organizada por la Comisión de Fiestas de San Kristobal, que anima a quienes quieran participar a contactar con alguna persona del barrio e inscribirse con una aportación de 25 euros, destinada a sufragar los costes del evento. La participación está abierta tanto a residentes como a amistades o visitantes, siempre con el objetivo de compartir y disfrutar de una jornada distinta, divertida y sin complejos.

Desde la organización subrayan que se trata de una actividad festiva con vocación comunitaria y que contará con control, ambiente familiar y una propuesta musical paralela para convertir la plaza en un punto de encuentro intergeneracional. San Kristobal calienta así motores para sus fiestas, que llegarán oficialmente en los próximos días, con un aperitivo que promete risas, recuerdos y una buena hidratación, aunque sea a base de cerveza.