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Identidad, cultura y conexión: cuando ser vasco no entiende de distancias

El programa Gaztemundu conecta desde 1996 a jóvenes de la diáspora euskaldun con sus raíces

Identidad, cultura y conexión: cuando ser vasco no entiende de distanciasGaztemundu

Cada año, quince jóvenes cruzan océanos y cordilleras para llegar a Euskadi y empaparse de la cultura y las tradiciones de sus ancestros. Son hijos de la diáspora: nacieron lejos, a miles de kilómetros, pero sienten esta tierra como propia. Gracias a Gaztemundu —el programa impulsado por el Gobierno Vasco para conectar a la diáspora con Euskal Herria—, tienen la oportunidad de reencontrarse con un lugar que, de alguna forma, siempre fue suyo.

En reconocimiento a su labor en la difusión de la cultura vasca en el exterior,Bizkaiko Dantzarien Biltzarra premiará esta iniciativa en la gala de los IX Esker Onak, que se celebrará este jueves, 26 de junio, en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

Los laberínticos pasillos del edificio de Lehendakaritza, en Vitoria-Gasteiz, ofrecen un refugio improvisado contra el calor sofocante. Este martes de finales de junio, los termómetros rozan los 34 grados. En este espacio se concentran distintos brazos del Ejecutivo de Lakua, entre ellos la Dirección para la Comunidad Vasca en el Exterior.

Allí, su directora, Ziortza Olano Astigarraga, ultima los preparativos de la próxima edición de Gaztemundu, el programa que permitirá a un grupo de jóvenes descendientes de vascos residir en Euskadi del 30 de noviembre al 14 de diciembre. Durante su estancia, se sumergirán en la cultura de sus ancestros a través del eje conductor de esta edición: la música tradicional vasca.

“Gaztemundu es un programa dirigido a jóvenes de los centros vascos del exterior, de entre 18 y 35 años. Cada cinco años se celebra el Congreso Mundial de Comunidades Vascas en el Exterior y, en la edición de 2023, como es habitual, se decidió el tema que centraría la edición de Gaztemundu del año siguiente”, detalla Manu Meaurio, técnico del Departamento.

Según cuenta los ejes temáticos en torno a los que se organizan las diferentes eidiciones del programa suelen rotar. “A veces es gastronomía, otras gestión cultural, instrumentos musicales tradicionales —que es el eje de este año— o danza, que centró la edición del año 2024”, agrega. 

Danza tradicional

Esta última edición, la más reciente hasta la fecha, es la que ha hecho merecedor al programa del reconocimiento que recibirá en los IX Esker Onak, que se celebrarán este jueves. Sin embargo, Gaztemundu puede presumir de un largo recorrido: está en marcha desde 1996 con el firme propóstito de fortalecer los lazos con la diáspora.

“Dentro del propósito de Gaztemundu, nosotros lo ubicamos sobre todo en la parte personal. Por supuesto, tiene una dimensión de formación cultural —porque detrás de todos los temas hay cultura—, pero también es muy importante el espacio para crear relaciones y crecer como personas alrededor de ese tema”, especifica la directora para la Comunidad Vasca en el Exterior, Ziortza Olano. 

En cuanto al perfil de las personas participantes, alrededor del 60% son mujeres y hasta un 70% de quienes viven esta experiencia inmersiva en Euskadi proceden de Argentina, según señala la directora. Ella explica que la razón por la que este país sudamericano aporta tantos jóvenes radica en la gran cantidad de euskal etxeak diseminadas por su territorio. Dice, además, que hasta el momento Gaztemundu ha logrado movilizar a 900 jóvenes desde su puesta en marcha en 1996. 

Ahora, 29 años después, el programa se encuentra en un periodo de análisis, según señala la directora. Como reto de futuro, Olano subraya la importancia de dar espacio a la creación de un ecosistema vivo, en el que puedan convivir todas las ‘tribus’ que lo integran: personas mayores, gente en procesos de transición o jóvenes, entre otros perfiles.

En definitiva, con todas aquellas personas con las que queramos conectar para generar un cambio y dejar un legado en la sociedad”, precisa Olano. Identidad, cultura y conexión. Gaztemundu sigue demostrando que ser vasco no entiende de distancias.