En junio de 2024 emprendieron un viaje sin un rumbo claro que les cambiaría la vida con tres niños de doce, ocho y un año. Enara Hurtado y Álex, junto a sus hijas Alba, Arane y Ander, han recorrido Asia hasta llegar a Estados Unidos, cambiando de alojamiento cada semana, utilizando transporte público y tan sólo acompañados por lo que les cabía en la mochila. "No es para todo el mundo, no todo el mundo quiere cambiar de alojamiento casa semana y hacer las maletas, pero para las personas que tengan el deseo de conocer mundo, de viajar y de pasar tiempo con la familia, me parece la mejor opción", afirma la madre de la familia.
Esta familia de Sodupe vendió su caravana, su coche y la furgoneta de la empresa de Álex para emprender este sueño. "Yo soy traductora médica y llevaba muchos años trabajando desde casa. Para mí ha sido fácil, me mandan los trabajos a dos o tres días vista y yo me organizo. He trabajado en mil sitios: trenes, aeropuertos... Mi marido tenía una empresa de mantenimiento en el hogar y la ha dejado. Él se encarga de nuestras hijas cuando yo trabajo", comenta Enara.
"Queríamos estar un tiempo viajando. Pero vivir viajando, no esa idea más convencional de visitar lugares simplemente. Tampoco sabíamos por dónde empezar ni qué rumbo seguir", revela. Asia era la mejor opción por motivos económicos, de seguridad y de comodidad. Decidieron comenzar en Singapur; de la ciudad estado pasaron a Malasia; luego, Corea del Sur, Japón, Filipinas, Vietnam, Tailandia y de vuelta a Vietnam; Indonesia, China, y otra vez Japón. Desde Tokio embarcaron en un ferry hasta Los Ángeles.
"Ahora estamos en Michigan, donde estamos intercambiando la casa con unos estadounidenses que están ahora en Sodupe. A finales de mes nos moveremos al norte de Michigan y de ahí a México, donde acabaremos el viaje", explica la traductora, alegando estar ya un poco cansados de esta manera de viajar y tener que moverse tanto. "Estamos en una situación en la que yo no quiero volver pero mis hijos sí. No sé cómo nos vamos adaptar después de abrir la puerta a este mundo tan grande y que nos ofrece tantos estímulos", sigue.
El intercambio de casas ha sido una herramienta habitual durante el viaje a través de la plataforma Home Exchange, que te permite intercambiar tu vivienda directamente con otra persona al otro lado del mundo o recibir puntos dentro de la aplicación para ser huésped en otro lugar. "En Asia no queríamos gastar puntos porque queríamos guardarlos para cuando fuéramos a otro sitio donde el alojamiento fuera más caro. Normalmente pagábamos por el alojamiento pero hemos llegado a pagar solo 13 euros por noche para dormir los cinco en el continente asiático", explica Enara.
Alba y Arane, las hijas mayores de la familia, han estudiado este año de manera remota con los libros que les facilitó el colegio. "Los primeros interesados en que nuestras hijas estudiaran somos nosotros, los padres. No queremos que estén súper perdidas cuando vuelvan a clase. Y la verdad que han aprendido un montón. Cosas que en la escuela se dan en un libro, ellas las han vivido en persona. Esa madurez no se consigue dentro de cuatro paredes, pero cuando lleguen tendrán que ponerse a las pilas, sobre todo con el euskera", afirma la madre.
Redes sociales
La familia ha actualizado su aventura diariamente por redes sociales. En su cuenta de Instagram han retratado sus aventuras por el continente asiático y el país de América del Norte. "Lo hicimos por mantener el recuerdo para nosotros mismos, porque haces tantas cosas que al final no eres consciente. Así tenemos este registro de lo que hemos hecho y vivido, y la familia también aprovecha y nos ve cada día. No nos echan tanto de menos", refiere Enara.
"Yo no participo en los vídeos. Yo organizo el viaje pero de la edición y grabación de los videos se encargan mi marido y Alba, nuestra hija mayor. Además, no hemos hecho un formato muy personal. Nos hemos centrado en consejos y lo que hacíamos, pero intentando no exponer mucho nuestra vida", confiesa.
Mucha seguridad
En cuanto a la seguridad, la familia no ha tenido ningún problema durante el año que lleva viajando. "Asia es increíblemente seguro. Te dejas alguna cosa por algún sitio y cuando vuelves, ahí sigue. Obviamente íbamos con cuidado y no andábamos de madrugada por ahí. Este año llevo viendo noticias en el País Vasco: que si un tiroteo, que si uno con una catana, que si un apuñalado... En nuestra propia casa también pasan cosas cada día", ironiza Enara.
Ninguno de ellos se arrepiente del viaje emprendido y anima a más familias a, si ese es su sueño, dar el paso. "La experiencia ha sido increíble. Descubrimos el buceo, la vida submarina, cascadas, experiencias de gente que conoces, mil cosas más... Nosotros animamos a la gente a que viaje y haga estas aventuras con la familia. Es algo de lo que no puedes arrepentirte, es una semilla que cultivas, una inversión a largo plazo. Por el disfrute y por la apertura de mente. Al final piensas si de verdad necesitas tantas cosas en tu vida cuando has vivido durante un año con lo que cabía en una mochila", cierra Enara.