Lo de menos son las cifras. Lo que importa son las historias familiares que se esconden detrás de cada una de las miles de personas que el año pasado tuvieron que recurrir a los programas de atención -urgente o no- de Cruz Roja en Bizkaia para cubrir necesidades básicas como la alimentación o la compra de productos de higiene, medicamentos.... Imprescindibles para una vida digna.
Y parece ser que esa burbuja de personas y familias en situación de vulnerabilidad se está desinflando poco a poco. Y no debido a un único motivo. Han sido varios los que han incidido en este hecho, tal y como apuntan desde esta organización humanitaria. Su coordinador en el territorio, Guillermo Vázquez, pone nombres y apellidos a esos factores, algunos de ellos ya conocidos.
Por ejemplo, el programa de ayudas y el sistema de protección pública respaldado por el Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y los distintos ayuntamientos vizcainos. Esta consolidada cobertura social “hace que menos personas tengan que venir a nuestra organización”, ha resumido Vázquez.
Transformar el modelo
Otro de esos elementos que han influido en esa metamorfosis es la reciente modificación de criterios como el del tiempo obligatorio de residencia para acceder al cobro de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). El Ingreso Mínimo Vital (IMV) y la subida del salario mínimo son otras de esas herramientas de cambio que están contribuyendo a esta transformación del modelo asistencial en Cruz Roja.
Esto también ayuda a ese ejército de personas y unidades familiares con empleos precarios, bajos salarios, y dificultades para afrontar gastos básicos del día a día. “Les repercute positivamente y quizás no necesiten tanto la ayuda de nuestra organización”, ha apostillado el coordinador de Cruz Roja Bizkaia durante la presentación del balance correspondiente a 2024. De hecho, los datos de este año van en la línea de años anteriores, señalaba.
“Se ha cambiado a las tarjetas monederos, más digno, y pueden comprar según sus necesidades”
“Igual hemos tenido un poco menos de atenciones en cuanto a necesidades de vulnerabilidad de las personas”. Más o menos un 12%. Y esto tiene que ver con un cambio de modelo en cuanto al reparto de alimentos. Antes, los excedentes de la UE se entregaban en cestas preestablecidas a las familias y este año se ha cambiado a las tarjetas monederos, más digno, y pueden comprar en función de sus necesidades”, ha expresado.
Con todo -y aquí viene el dato frío- Cruz Roja Bizkaia tuvo que atender y ofrecer esa cobertura urgente y básica a 7.328 personas durante el año pasado, de las que el 58% eran mujeres. Además, en estrecha colaboración con el Banco de Alimentos gestionan un centro en Bilbao y Getxo que ofrece a familias en situación de vulnerabilidad con menores a su cargo una atención completa a sus necesidades.
“Esta cobertura consiste en una entrega de alimentos mediante un sistema de autoservicio que siempre viene complementado con medidas de acompañamiento que se ofrecen a los usuarios que lo necesitan. Este año 2024 hemos podido atender a 2.985 personas”, ha descrito Josu Perón, presidente de Cruz Roja Bizkaia en la comparecencia ante los medios de comunicación organizada en las oficinas de Getxo.
Movilización comunitaria para avanzar
Desde esta organización humanitaria alertan sobre otro cambio que han podido identificar en los últimos tiempos y que les preocupa: familias monoparentales y personas jóvenes. De ahí que el empeño por arrimar el hombro para que nadie se quede atrás siga siendo un clásico en todas las campañas públicas de Cruz Roja. “Cada cifra y cada acción reflejan el valor de una comunidad que se moviliza, se cuida y avanza unida”, ha sentenciado Perón.
“Nuestra labor va más allá de la atención humanitaria: somos un espacio de encuentro, participación y transformación social. Así lo demuestran las 22.335 personas atendidas, las 138.311 intervenciones realizadas a lo largo de este año”, ha ilustrado el presidente de esta organización. Intervenciones de todo tipo y para todos; ya sean mayores, jóvenes o pequeños. Ahí está, por ejemplo, el programa de refuerzo educativo que el año pasado acompañó a 233 niños y niñas. Y no solo estudian; también hacen actividades de ocio. Este fin de semana pasado se fueron de excursión “para que muchos de ellos, que atraviesan situaciones de vulnerabilidad tengan momentos de ocio. Y normalmente tenemos lista de espera”, ha enfatizado Guillermo Vázquez, coordinador de Cruz Roja Bizkaia.