Como una nube que oscurece todo a medida que crece y extiende su sombra. A las 12.32 horas de este lunes un apagón eléctrico sin precedentes puso en jaque al Estado español, Portugal y el sur de Francia durante una jornada en la que se puso de manifiesto la absoluta dependencia de la energía en el día a día de los ciudadanos. Con la inmediatez de un resplandor o de una explosión inesperada, en un segundo, sin señales de aviso previas, la red se colapsó arrastrando en su caída internet, que fue el primer medio al que recurrieron millones de personas cuando se dieron cuenta de que no se trataba de un problema de su vivienda, su comunidad, su barrio o su ciudad. Sin forma de saber cuál era el origen del problema, muchos vecinos salieron de sus casas para buscar una explicación que al cierre de esta edición todavía no conocían. 

Y durante algo más de una hora en el caso de la zona central de Bilbao, más tiempo en barrios como Begoña y en algunos pueblos del territorio histórico, la desconexión alimentó todo tipo de especulaciones. Y una gran duda, cómo es posible que el sistema eléctrico se caiga de forma tan abrupta e inexplicable en un momento en el que la tecnología lo domina todo.  

Los bomberos rescataron a casi medio centenar de vizcainos atrapados en el ascensor de sus casas, trabajos y servicios públicos. En Donostia, varias personas, entre ellas una mujer embarazada estuvieron cerca de tres horas y media atrapadas. 

Transporte público

El metro y el tranvía dejaron de funcionar hasta pasadas las 20.00 horas. Cercanías Renfe espera reanudar este martes el servicio. Bilbobus tuvo que reforzar sus líneas para atender a los pasajeros que se habían quedado en tierra. Mientras estuvo cortado el suministro eléctrico, Bilbao mostró una cara muy diferente a la habitual. Semáforos apagados, complicaciones en el tráfico tanto para coches como peatones. Empresas y fábricas se han visto obligadas a parar la producción. Es el caso de Petronor, que además tuvo que quemar los gases que produce la refinería generando una aparatosa humareda negra visible desde kilómetros. En cambio, grandes consumidores eléctricos como la acería de Sidenor mantuvieron activas las líneas de producción gracias a los generadores de los que dispone la planta de Basauri. 

Muy cerca del caos y sin ninguna explicación del motivo del apagón. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, compareció ante la prensa poco después de las 18.00 horas con dos mensajes básicos. El primero que, a pesar de la inquietud que provoca el incidente, no hay grandes problemas de abastecimiento en el país. El segundo que “lo importante ahora” es recuperar el suministro eléctrico en las zonas que todavía siguen a oscuras. Tras esas dos afirmaciones dejó en un segundo plano las causas que han generado esta “fuerte oscilación” en la red eléctrica -evitó el término apagón-, que “se están investigando”. 

También compareció el lehendakari Imanol Pradales después de una larga reunión del LABI, el órgano que coordina las emergencias en Euskadi y que este lunes situó el nivel de alarma en grado dos. 

"Aún resta tiempo para poder decir que estamos en una situación normalizada porque no lo estamos, y vamos a estar ante situaciones de inestabilidad en las próximas horas”, apuntó Pradales, para subrayar que la situación de la CAV es “considerablemente mejor” que la que existe en otros territorios de la Península. 

El encendido del sistema fue gradual en Euskadi. Pasadas las 13.45 horas volvió el suministro en algunos puntos de Bilbao. Las luces de los semáforos fueron la señal de la vuelta a la normalidad para muchos ciudadanos. A las 14.09 horas la luz volvió al este de Gipuzkoa, incluido Donostia, donde la falta de electricidad duró poco más de media hora. Y posteriormente se conectó Gasteiz, aunque la capital alavesa no ha recuperado el suministro completamente hasta pasadas las 15.20 horas.

En Araba la afección general fue menor que en los otros dos territorios, ya que era un día festivo, el de su patrón San Prudencio, por lo que los centros de salud, las empresas, el comercio, los colegios y los servicios del Gobierno vasco permanecían cerrados. A miles de alaveses el apagón les ha sorprendido en las campas de Armentia, donde los puestos de venta de comida y bebida han funcionado con generadores.

Durante gran parte de la jornada continuó sin suministro gran parte de la zona central de la península. Las interconexiones con Francia por el norte y con Marruecos por el sur permitieron reanudar el servicio en esas zonas en algo más de una hora. El resto fue recuperando el pulso de forma gradual . 

Una vez superado el momento más crítico, llegó el momento de ver el problema en perspectiva. Los centros educativos habían abierto precisamente este lunes sus puertas tras las vacaciones de Semana Santa y muchos padres acudieron en busca de sus hijos. 

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En cuanto al servicio de salud, el consejero del ramo, Alberto Martínez, afirmó este lunes que el plan de contingencia puesto en marcha en Osakidetza funcionó durante el apagón generalizado, de forma que en los hospitales de Euskadi se asistió a todos los pacientes críticos y solo se retrasaron algunas cirugías ambulatorias “por prudencia”. Todos los grupos electrógenos funcionaron “sin ningún tipo de incidencia”. 

La tormenta de este lunes seguirá generando problemas en el transporte público el martes. El servicio del metro arrancó de forma limitada, desde el Casco Viejo hasta Plentzia y Kabiezes. Y si en las últimas horas no se ha restablecido totalmente las líneas miles de vizcainos tendrán que buscar alternativas. En ese sentido, dentro de su petición de “prudencia”, el lehendakari pidió a los ciudadanos que solo realicen los viajes estríctamente necesarios en un día, hoy, que seguirá siendo complicado.