Síguenos en redes sociales:

El Museo Minero de Abanto-Zierbena dedica una sala específica a las piezas restauradas por sus voluntarios

La sala acoge una treintena de piezas fruto de la recopilación de objetos tanto mineros como etnográficos e industriales.

El Museo Minero de Abanto-Zierbena dedica una sala específica a las piezas restauradas por sus voluntariosMuseo minero

Si algo caracteriza y diferencia al Museo de la Minería del País Vasco de Abanto-Zierbena de otras instituciones museísticas es su modelo de gestión y funcionamiento basado en la contribución continuada de personal voluntario.

“Ahora mismo estarán del orden de unas 50 personas, con un reparto muy paritario de sexos, que desarrollan una labor crucial en la vida del museo. Su labor es encomiable y no tiene precio”, señala orgullosa Haizea Uribelarrea, directora del singular museo ubicado en el antiguo matadero municipal de esta localidad de Meatzaldea que ha dedicado la parte alta de una de sus salas de su exposición permanente como un espacio de homenaje a su labor desinteresada. 

Una sala que acoge desde el pasado 3 de abril una treintena de piezas fruto de la recopilación de objetos tanto mineros, como etnográficos e industriales, refleja la diversidad temática que caracteriza al patrimonio material del Museo.

Objetos cotidianos de la sociedad minera

Uribelarrea reseña que la Asociación Cultural Museo Minero, a la que pertenecen los voluntarios y voluntarias, está en el origen de esta pinacoteca que está considerada institucionalmente como “Museo de Euskadi”, y “sigue siendo el alma mater de la Fundación. “A través de sus representantes y de su personal voluntario se hizo realidad la creación de un museo minero como una institución única dentro del panorama museístico del País Vasco”, remarca. 

Fue en los años ochenta del pasado siglo, durante el cese de la actividad y cierre de las últimas compañías mineras en Bizkaia, cuando surgió la Asociación Cultural Museo Minero. Desde entonces, es una entidad sin ánimo de lucro formada por personal voluntario que inicialmente dedicó todo su esfuerzo y empeño en la recuperación y salvaguarda de piezas, herramientas y maquinaria procedentes de las antiguas explotaciones de hierro, así como fondos documentales y obra gráfica. 

Rescate de un vagón volquete en la Mina Primtiva en 2015

Hoy en día este variopinto grupo de personas de diferentes edades, conocimientos y experiencias relacionadas o no con la minería o la siderurgia vizcaina, se centra en la concienciación ciudadana e institucional sobre la cultura e historia minera, la promoción de la investigación y la difusión cultural. Todo ello sin descuidar la colaboración en las diferentes tareas diarias del museo: desde la recuperación de piezas, útiles, maquinaria, documentación, libros, cuadros u objetos de la vida cotidiana de la sociedad minera, su conservación y restauración, hasta la investigación e incluso como apoyo para la realización de visitas guiadas o salidas culturales por espacios relacionados con la historia minera.

Grupo de voluntarios en pleno trabajo de restauración

Exposición

Una ingente labor que ha logrado variados reconocimientos sociales e institucionales que ahora se ven ampliados con la apertura de un espacio expositivo en la colección permanente en el que los visitantes del museo podrán conocer algunas de las piezas que se han ido recuperando. Canarieras, lámparas de carburo, lecheras de metal, cortadoras de vaivén , maquetas de hornos de calcinación, una piedra de afilador y así hasta 30 piezas diversas componen esta primera muestra de piezas restauradas “La idea es que sea una exposición rotativa ya que de manera regular se irán añadiendo o sustituyendo piezas por otras que se vayan restaurando pero que no tienen encaje en el discurso museístico que se desarrolla en las visitas guiadas con la exposición permanente. La sala es un espacio cubierto que homenajea y dignifica el trabajo de nuestro voluntariado”, resumió Haizea Uribelarrea.