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Virado a sepia

Lemoa, a la sombra de la cementera

Por tamaño e historia quizás sea el municipio que más se ha visto influido por la creación de una industria, su fábrica de cemento

Lemoa, a la sombra de la cementeraARCHIVO DE CATALUNYA

SI existe una población en Bizkaia cuya nombre está asociado al de una industria esa es Lemoa. La fábrica de cementos, que en la imagen se observa en una fotografía aérea tomada entre los años 1951 y 1955, ha marcado para bien y para mal el devenir de un municipio que por su ubicación geográfica de intersección de caminos principales estaba llamado a ser núcleo poblacional de importancia.

Fue precisamente su colocación en el mapa entre las comarcas de Arratia y Durangaldea lo que el 30 de mayo de 1917 llevó a un grupo de inversores a crear la empresa Cementos Lemona. Era un momento de transición entre la actividad agrícola y la modernización industrial que estaba mediatizado por la decadencia de las vetustas ferrerías de Bizkaia.

En su ubicación fue vital también el trazado ferroviario contiguo y el del tranvía que conectaba el valle de Arratia con Bilbao. Eran transportes esenciales tanto para mover la materia prima necesaria, margas calizas procedentes de la cantera de Urkizu además del carbón para los hornos, como para enviar el producto manufacturado a los principales mercados. Los sacos de cemento Portland llegaban en tranvía hasta el mismo muelle de la Ría de Bilbao detrás del Teatro Arriaga para que fueran embarcados.

Cementera y servicios ferroviarios crecieron en paralelo hasta finales de los años 60 del pasado siglo cuando el transporte por carretera en grandes camiones le comió el terreno primero al tranvía y después al tren de mercancías.

Para ubicar al lector en la foto, además de la propia fábrica, con nuevos edificios y diferentes estructuras productivas, permanecen hoy en día el trazado ferroviario y varios edificios bajos de viviendas que permiten adivinar cómo ha crecido el complejo industrial. A la derecha, permanecen las casas sitas entre los números 6 y 9 de Estazino Auzoa igual que los bloques contiguos, en construcción el año en que se tomó la instantánea, y que hoy albergan el bar Geltoki y la empresa Laron.

Una hilera de edificios nacida justo enfrente de la estación ferroviaria, que se ve entre la carretera y las vías, cuyo edificio se mantuvo hasta 2008 cuando el Gobierno vasco decidió modernizar la parada del tren con una cubierta en forma de onda que acoge los andenes y el pequeño edificio que alberga el vestíbulo. Una nueva estación que se construyó a la vez que se soterró la vía del tren para eliminar el paso a nivel preexistente que paraba el tráfico en la carretera N-240 a su paso por el barrio de Arraibi.

En la parte superior de la fotografía también destacan otros dos edificios residenciales, a la derecha ubicado al lado de la entrada de la factoría y de la mencionada carretera. Siguiendo a la izquierda el entonces estrecho vial, se observa el pequeño y exiguo palacete con tejado a varias aguas que aún sigue en pie en la actualidad.

Por detrás de este edificio, la ladera que baja templada en pendiente recoge campas y terrenos que pasaron a la historia con la creación de la cantera de Apario, principal suministrador actual de materia prima a la cementera. Empezó a excavarse en el año 1997 y desde entonces ha ido creciendo en extensión dejando ahora una huella tan importante como la de la propia fábrica de áridos.

Desde la empresa siempre han puesto en valor su apuesta sempiterna por el medio ambiente, aunque durante muchos años antes de concluir el siglo pasado, los tejados de las bloques residenciales del casco urbano de la localidad siempre presentarán una patina de color blanquecino como consecuencia de la producción cementera. Hoy esa huella ya no existe desde hace décadas tras diversos cambios productivos que incluso cambiaron el perfil edificatorio de la industria eliminando, por ejemplo, las dos chimeneas gemelas que en la imagen lanzan humaredas a la atmósfera. Una evolución que los vecinos más veteranos de la localidad no solo agradecen sino que también su ausencia ha sido valedora para el crecimiento en habitantes de tan especial municipio.

Virado a sepia

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