La protección a la infancia, explica el experto Iñaki Alonso, no está reñida con “el sacrificio, el trabajo, el luchar contra tus límites, el intentar ser cada día una mejor versión de ti mismo”. Todo eso, defiende, “forma parte del crecimiento personal, pero sano y seguro, respetando la integridad física, emocional y psicológica de cada niño o niña que tengamos entre manos”.
Las agresiones verbales hacen mella en la autoestima de los menores, que pueden terminar abandonando el deporte. ¿Se les da la debida importancia?
“Para la mayoría violencia es que le llamen ‘negro’ a Vinicius, pero hay otras expresiones más sutiles”
La violencia en el deporte para la mayor parte de la gente es que le llamen “negro” a Vinicius, que haya una pelea en la grada o que le peguen al árbitro y eso es un concepto muy limitado. Hay otras expresiones más sutiles, de un perfil más bajo, que son objetivamente violencia aunque no se cataloguen como tal y que ocurren en el vestuario, a la entrada y salida de los campos de fútbol, en las redes sociales o en las conversaciones entre adultos y niños. Por otra parte, da la sensación de que el deporte puede ser un mundo aparte, ya que se normalizan comportamientos que no serían aceptados en ningún otro ámbito. Si no es un ambiente sano y es un ambiente tóxico, no se debería jugar, pero ¿quién va a tomar esa decisión?
Suspender el partido, impedir asistir a padres, apartar a entrenadores o árbitros... ¿Es partidario de tomar medidas drásticas?
Minusvaloramos la capacidad de entendimiento y educación de los niños y niñas. Si desde que son alevines e infantiles dicen: “Mira, si hay este ambiente, no se puede jugar”, “Si hay este comportamiento, no se va tolerar”, interiorizan cómo se tienen que comportar y qué se les va a exigir. Si les estamos dejando que sea absolutamente todo lo contrario, interiorizan todo lo contrario.
¿Se suele ‘amenazar’ a los menores con no convocarlos a los partidos, con no elegirlos cuando van a pasar a categoría cadete?
“Dicen: ‘Es que a mi hijo le presionan’ y resulta que le presionan más ellos que desde la parte deportiva”
Sí que es cierto que desde el ámbito deportivo a veces se produce esa dinámica, pero también se produce desde la propia familia. Hay padres que dicen: “Es que a mi hijo le presionan” y resulta que le presionan más ellos que lo que le presionan desde la parte deportiva. El riesgo mayor que tiene la práctica deportiva es la expectativa y no es una expectativa profesional, sino competitiva. Para mí eso es lo que genera mayores situaciones de riesgo
¿Se refiere a las expectativas de jugar en un gran equipo?
No se trata de que, como estás en el Athletic, el Barça o el Real Madrid, a los de 14, 13 o 12 años les meten mucha caña. Es que en el equipo de barrio, de Lutxana, Otxarkoaga o Las Arenas, el que está en el C quiere ir al B, el que está en el B quiere ir al A y el que está en el A quiere ir el año siguiente a otro equipo. Entonces, esa dinámica competitiva que presiona de alguna manera se da también en ese ámbito y me preocupa porque no es exclusiva de la élite.
Kirola On, el canal para prevenir la violencia en el deporte escolar en Bizkaia, recibe casi dos denuncias al día. ¿Qué le parece el dato?
La gente piensa que violencia es solo lo más grave y eso te lleva a pensar que todas las denuncias lo son, pero no es así. Son comunicaciones de dudas, preocupaciones o consultas sobre si determinadas situaciones son normales o no, como que un entrenador escriba a tu hija a las once de la noche o si se pueden sacar fotografías en el vestuario. Hay una serie de cuestiones que es superimportante tener en cuenta y eso previene situaciones de violencia grave en el futuro. Que haya una proliferación de personas que digan: “Oye, ya que está esta herramienta, voy a preguntar si determinadas cosas son normales” me parece un paso adelante importantísimo.