Desde hace unas tres semanas, la Asociación de Usuarios y Ganaderos de los Montes de Triano –que engloba a profesionales no sindicados de Abanto-Zierbena, Ortuella y Trapagaran que explotan en su mayoría de manera complementaria la crianza de reses para su valorización cárnica– han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas para la defensa de los derechos históricos de pastos en estos montes que originariamente contaban con un millón de metros cuadrados de terreno.

La recogida no es baladí puesto que, como señala el portavoz de la asociación, José Antonio Quintana, “a pesar de haber ganado varios juicios a la Diputación sobre el derecho histórico de los vecinos sobre el uso de estos terrenos nos encontramos con unas directrices forales que alteran notablemente el espíritu de ese derecho, acreditado notarialmente desde el año 1800”.

“El plan foral para los montes de utilidad pública pone en jaque nuestra supervivencia”

JOSÉ ANTONIO QUINTANA - Usuario de los Montes de Triano

En este sentido, los ganaderos de la zona minera creen que algunas de las directrices que inicialmente tiene previstas la Diputación Foral de Bizkaia “afectan seriamente y ponen en peligro la supervivencia de su sector”. Entre ellas, se muestran preocupados por la obligatoriedad de que los sementales sueltos en el pasto público sean de razas autóctonas (betizu, montxina, pirenaicas o pottokas), cuando los ganaderos de Meatzaldea tradicionalmente trabajan con ganado limousin por su mayor rentabilidad cárnica. “Un ternero de betizu sin subvenciones puede costar en torno a los 150-180 euros frente a los 700-800 euros de un limousin. Claro que las subvenciones que obtienen los criadores de esta raza autóctona las hace rentables”, señalaba Quintana al tiempo que defendía la política de protección de las razas autóctonas –la Diputación, señaló Quintana tiene varias fincas donde puede promocionar esta protección– pero “no a cambio de que quienes criamos una determinada raza por su valorización cárnica nos veamos desplazados de nuestros propios montes”.

Apartado H

Más aún, Quintana aludió al Apartado H de las directrices que inspiran el Plan foral –cuya publicación se entiende que será inminente– que recoge que “los sementales de las especies bovina, equina, ovina y caprina presentes en el pasto público serán obligatoriamente pertenecientes e inscritos en el libro genealógico de razas autóctonas vascas. La presencia de otros sementales de otras razas deberá ser aprobada por la asociación de ganaderos y donde no las haya será el propietario del monte de utilidad pública.

“Los ganaderos que vivimos de la cría de la raza limousin ¿qué vamos a hacer si no podemos tener sementales en nuestros pastos para que cubran a nuestras vacas? La rentabilidad depende de nuestro ganado”, enfatizaba. Los ganaderos de los Montes de Triano también advierten de los elevados costes que tendrían que afrontar si únicamente se permite el pasto libre durante cuatro meses al año. “Algo inviable”, destacaba Quintana a este respecto. A su juicio, el vacío invernal “es un error porque en ese período el ganado hace una importante labor de desbroce del monte al no haber pastos”.