En Bizkaia, y en general en todo Euskadi, existe una tradición arraigada de subir a los montes durante el fin de año, especialmente el último día del año, en Nochevieja, o el primero del nuevo año, en Año Nuevo. Aunque el buen tiempo de los últimos días ha hecho que algunos adelantasen esa tradición y subiesen las cimas vizcainas antes de los días originales, sin embargo, aún son muchos los que en vez de estar dormidos tras la fiesta, deciden invertir las primeras horas del nuevo año conectando con la naturaleza.
Este miércoles miles de personas han subido solas, con amigos, con familia, con pareja o con sus perros a los diferentes montes del territorio. El Pagasarri ha sido uno de los más concurridos porque al estar cerca de Bilbao, es accesible y ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad. Muchos otros se han animado hasta el Gorbea, el monte más alto de Bizkaia, con su icónica cruz en la cima. Las fotos, desde luego, no han faltado en esta cima vizcaina.
Alberto subió el 31 por la mañana hasta la Cruz del Gorbea. Lo hizo desde Murua, desde la vertiente alavesa y el ambiente fue "espectacular". Unas 300 personas en procesión ascendieron sobre las 12.00 horas hasta la cima del monte. "La gente ha subido con champán para celebrar el final del año, con ikurriñas, gorros...". El día amaneció soleado y las imágenes desde lo alto del Gorbea fueron de postal, según cuenta Alberto. "Un mar de nubes regalaron a los montañeros increíbles imágenes para poner fin a 2024".
El Kolitza, tiene importancia histórica y cultural en la región de Enkarterri, por lo que es otro de los más visitados, al igual que Eretza, otro destino muy querido por los montañeros vizcainos, ubicado cerca de Barakaldo.
En Oiz, conocido como uno de los Montes Bocineros, desde su cima se obtienen vistas panorámicas impresionantes, por lo que es uno de los lugares de preferencia para empezar o despedir el año. Muchos otros se han desplazado un poco más y se han ido hasta Zaldiaran, Adarra, Urkiolagirre o Loatzo.
Un momento significativo
Esta tradición tiene especial importancia para los vizcainos porque los montes siempre han tenido un papel simbólico importante en Euskadi, relacionados con la identidad, la espiritualidad y la unión con la tierra. Subir a un monte en un momento tan significativo como el cambio de año se interpreta, en muchas ocasiones, como una forma de renovar energías y empezar el año con fuerza. Además, al alcanzar la cima, muchas personas aprovechan para reflexionar sobre el año que termina, agradecer los momentos vividos y establecer propósitos para el año que comienza.
Un vez en las cimas, algunos aprovechan para llevar a cabo diferentes rituales. Uno de ellos es el de llevar una bandera o un pañuelo con mensajes de buenos deseos, otro, el de brindar con sidra o txakoli. Desde luego, buenos momentos no faltan en los montes vizcainos durante este empiece de año.
Pedro Marina Aizarna sube cada año tanto el 31 de diciembre como el 1 de enero a diferentes cimas de Bizkaia. Este martes a las 8.30 horas vieron la salida del sol desde lo más alto del Gorbea, allí brindaron para despedir el año y al 2025 le dan la bienvenida en el Ganguren. Y es que, para Marina y su grupo no hay nada mejor que esta tradición montañera.