Los tornos poseen seis velocidades distintas que se regulan accionando la polea con una especie de remo, enseñó gráficamente Miguel Ángel Martínez Vitores, de la Asociación de Patrimonio Industrial de Euskadi. “Aunque sea una vez al mes, hay que poner en funcionamiento las correas de cuero”, añadió. Rupturas de las poleas, desgaste o reparaciones de piezas eran las incidencias más frecuentes del taller mecánico de Boinas La Encartada que recobró vida ayer dentro del ciclo de visitas guiadas los sábados de noviembre al museo de Balmaseda que muestran un conjunto incomparable en Euskadi y referente europeo.
“Unas 16 en la sección de hilatura, 16 tricotosas, seis remalladoras, siete telares, tres telares con hilatura, telar urdidor, dos perchas, una tundidora, una afiladora, cinco o seis piezas en la sección de carpintería y otras ocho en el taller” enumeró Joaquín Marco Sáenz de Ormijana, que entró por primera vez en 1999 a las instalaciones del barrio de El Peñueco, que funcionaron a pleno rendimiento entre 1892 y 1992. Al principio, el reto de restaurar este tipo de maquinaria le pareció de tal magnitud que rechazó la propuesta. Luego “probé con el batuar y me entusiasmé y seguí con toda la línea de hilatura hasta hoy”.
“Cuando vienen ingenieros de visita les encanta porque representa encontrarse otra vez ante la base”, sin ordenadores y con un diseño que “casi con seguridad hoy se planificaría de otra manera”. Sin embargo, localizar a más artesanos que sigan los pasos de Mikel –que también conoce los engranajes del Museo Minero e Itsasmuseum, entre otros–, o Joaquín se antoja cada vez más complicado. Por suerte, la calidad y el estado de conservación de la maquinaria convierten a La Encartada en el lugar idóneo para formar a más profesionales; y así lo están haciendo con el grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad del País Vasco. Esta misma semana han visitado las instalaciones como paso previo a poder solicitar prácticas extracurriculares. De hecho, algunas piezas lucen un cartel que informa del trabajo acometido: en 2023 prestaron asistencia en desmontaje, limpieza, ajuste mecánico y tratamiento de conservación de una percha para paño y otra para mantas, este año se ayudó en la puesta a punto de una tundidora de paños y una sierra de calar.
La maquinaria de La Encartada “se encuentra operativamente funcional, pero tenemos que ajustar”, valoró Joaquín Marco Sáenz de Ormijana. Es decir, “no está disponible para una producción”, apostilló Miguel Ángel Martínez Vitores. Aunque sí entra en los planes “a medio plazo” del museo gestionado por la Diputación Foral de Bizkaia, adelantó su directora, Ainara Martínez Matía.
De momento, el sábado 30 de noviembre el programa de visitas concluirá con la puesta en funcionamiento de la percha de cardo natural Snoeck y la tundidora, una novedad en esta edición de las demostraciones en vivo.