A finales de 2018 unas obras de saneamiento acometidas en el barrio de Traslosheros, Artzentales, sacaron a la luz una pieza “única en Bizkaia”. Se trataba de “un bloque prismático de arenisca de 69 centímetros de alto, 32 centímetros de ancho y 36 centímetros de fondo, con un peso aproximado de 200 kilos”, describen desde la Diputación Foral de Bizkaia. En su cara frontal, muestra “un bajorrelieve con la figura de un toro enmarcado por un cuadro decorativo y un cordón; la cabeza del toro presenta detalles característicos, como una especie de máscara o tela sobre la cara, cuernos desarrollados y orejas asimétricas”. Un testimonio de “los ritos religiosos y las prácticas culturales del Imperio Romano en el norte de la península ibérica” que puede admirarse en Arkeologia Museoa hasta el 31 de enero dentro del programa El Museo pieza a pieza.

El guarda forestal de la zona informó al servicio foral de Patrimonio tras realizar el hallazgo, trasladado a Arkeologia Museoa para su estudio y conservación. Desde entonces, permanecía en los depósitos del museo hasta su reubicación en la segunda planta para ser mostrado a los visitantes.

Aunque fue encontrado “fuera de su contexto arqueológico original”, la Diputación considera que su análisis “puede arrojar luz sobre los misteriosos ritos de sacrificio y las creencias vinculadas al culto de la diosa Cibeles y otros posibles deidades del panteón romano”.

Sacrificios rituales

Elementos similares fueron desenterrados en áreas como Elexazar (Amurrio), Nafarroa y el occidente de Aragón, pero “son extremadamente raras”. En concreto, el altar de Traslosheros “se ha interpretado como un ara taurobólica destinada a sacrificios rituales de toros, un rito asociado a la purificación, el renacimiento y la fertilidad”. Este tipo de culto llegó a Roma desde Oriente, representación de “cómo las creencias extranjeras fueron adoptadas por la religión romana”. Sin embargo, algunos investigadores plantean que “estos altares pudieron haber servido como pedestales para estatuas de toros, utilizadas en rituales de culto a dioses indeterminados. En cualquier caso, la pieza ha sido datada entre los siglos III y V después de Cristo, lo que refuerza su valor como vestigio de la religión romana tardía en la región”. Por todo ello, la Diputación invita a “conocer más sobre los ritos religiosos en la Bizkaia romana”.

Además, se pueden contemplar los huesos de Andere, la neandertal recuperada en Karrantza de más de 150.000 años, junto con 150 objetos relacionados con la época.