Ya están todos los planes familiares y de cuadrilla perfilados. Los jarrilleros ya tienen todo presto y dispuesto para disfrutar mañana del que es su gran día, la celebración de la festividad de la Virgen de La Guía. El pañuelo de arrantzale y la camiseta y el pantalón blanco será la indumentaria oficial para entregarse a una fiesta sin igual que espera congregar a cerca de 40.000 personas en el Casco Viejo. Serán casi 20 horas de fiesta que comenzarán con el tradicional alzado de los dominguines, esas dos simpáticas figuras cuya presencia en la calle Coscojales significa que la villa jarrillera está sumergida en la celebración de esta fiesta que organiza desde hace más de medio siglo Berriztasuna Taldea.
La Guía es una jornada tremendamente especial en Portugalete porque es un día de reunirse en familia y en cuadrilla y en el que se encuentran personas que no suelen verse a lo largo del resto del año. Es una fiesta y una jornada llena de momentos emotivos. Para los más creyentes, esos instantes en los que la emoción se hace más patente coinciden con la misa y la procesión marítima en honor a la virgen. La imagen saldrá a las 10.30 horas desde el convento de Santa María para ir en procesión hasta la basílica de Santa María donde a las 11.00 horas comenzará la misa. Una vez acabe la ceremonia, la procesión proseguirá por el Casco Viejo hasta llegar al embarcadero de La Canilla, donde se subirá a una embarcación para dar comienzo a la procesión marítima.
Por su parte, para los más profanos, el momento más emocionante de esta jornada llegará a las 15.00 horas, cuando se celebrará la gran bajada. A esa hora, la calle Coscojales se llenará, de arriba a abajo, de miles de personas dispuestas a cantar, saltar y bailar y entregarse a una fiesta que forma parte de la identidad y el carácter de Portugalete. Todo un espectáculo que resume a la perfección lo que se vive en la villa cada 1 de julio. Tras ese gran momento, llegará la pausa para comer en familia y en cuadrilla y, para ello, se cortarán varias calles en las que los locales hosteleros y de restauración habilitarán mesas.
Después, la agenda de la tarde y de la noche estará copada de actividades deportivas y culturales que marcarán el ritmo de una fiesta que con la bajada de las 00.00 horas irá disminuyendo en intensidad, pero que no pocos vivirán hasta que el cuerpo aguante.