Lo prometido es deuda. La Peña del Athletic Club en Gordexola dedicó su décima marcha jacobea a la ermita de Santiago, en el barrio local de Rodaiega, a agradecer el título de Copa logrado el pasado 6 de abril. De alguna manera, “sentimos que se cierra el círculo”, apuntó el presidente, Jesús Taramona. Y es que la caminata surgió durante un partido precisamente en Mallorca, cuando la amenaza del descenso se cernía sobre el equipo.
A lo largo del trayecto con salida en Zaldu las numerosas personas participantes revivieron los recuerdos del partido y la gabarra, que la juventud presenció por primera vez. “Esto ha supuesto un revulsivo para esas generaciones que en 1984 todavía no habían nacido o eran demasiado pequeños como para acordarse. Quizás no consigamos tantos títulos como otros clubes, pero revisten más valor”, señaló. Como en tantos lugares de Bizkaia, atesoran haber compartido estos momentos con hijos, sobrinos o nietos, tanto en Bilbao como en Sevilla, donde reinó un ambiente “increíble que no se puede transmitir con palabras” porque “todos tienen afición, pero lo nuestro es un sentimiento”, resumió.
El mismo sentimiento que llevó a un nutrido grupo de peñistas a coger sitio a las 11.00 horas a la altura de Olabeaga para asistir al paso de los campeones por la ría. “Percibimos mucha más gente esta vez que en los años ochenta”, compararon los más veteranos. Para llegar ahí hubo que sufrir. “Yo no vi más que los últimos penaltis”, cuando parecía claro que la final se decantaba del lado rojiblanco, confesó Jesús Taramona. Gordexola instaló una pantalla gigante en la plaza de Molinar. En una localidad de “aproximadamente 1.600 habitantes, 250 pertenecemos a la peña y sesenta de ellos somos socios del Athletic”. La agrupación se fundó oficialmente el 26 de junio de 1998 poco después del congreso de peñas celebrado con motivo del centenario del club, con el objetivo de divulgar “la singular manera de entender el fútbol del Athletic e inculcar los valores del deporte”.
En 2013 organizaron la primera marcha jacobea rojiblanca, nacida de la visita anual a un amigo residente en Mallorca que hacen coincidir con el partido que disputan allí los leones. Desde entonces han faltado a la cita únicamente en 2020 y 2021 por culpa de la pandemia. La salida varía desde núcleos distintos de Gordexola o, incluso, el primer año en Balmaseda, pero siempre terminan frente a la ermita de Rodaiega, donde varios peñistas prepararon ayer un hamaiketako. Dentro del templo se custodia una talla de Santiago “realizada por un vecino que vive en Nicaragua”.
Con las emociones a flor de piel en la final “alguien dijo que si ganábamos iría y volvería andando a la basílica de Begoña. Eso queda pendiente”. Y, por entregarse a soñar otra vez: “Regresar el próximo año después de haber vencido la Europa League en San Mamés”.
