La actual alcaldesa de Mungia, Alaitz Erkoreka, ha tomado las riendas de la Asociación de Municipios por la Calidad de Vida-Cittaslow tras ser elegida nueva presidenta de esta entidad que aboga la promoción de una calidad de vida excepcional en los municipios. De esta forma, la regidora mungiarra inicia “una nueva era” para Cittaslow, centrada en la innovación y en el bienestar comunitario.

Erkoreka afronta este nuevo reto respaldada por “un equipo de líderes municipales comprometidos con la visión de la asociación”. En este sentido, la elección de Mungia, que se unió al movimiento Slow en 2008, y de su alcaldesa para liderar la asociación subraya “la notable contribución” de la localidad al movimiento Cittaslow, destacando su enfoque en el “desarrollo sostenible, la preservación del patrimonio cultural y la promoción del bienestar de sus habitantes”, destacan desde la asociación.

En esta línea, Mungia quiere consolidar su modelo de calidad de vida implementando políticas innovadoras que fomentan una convivencia sostenible. “Este compromiso con los principios de Cittaslow ha sido un factor clave en la decisión de otorgarle la presidencia, reconociendo su capacidad para inspirar y guiar a otros municipios en el camino hacia la sostenibilidad y la calidad de vida”, indican. Por su parte, la nueva presidenta, Alaitz Erkoreka, se muestra honrada por asumir la presidencia de esta red de ciudades. “Desde Mungia hemos demostrado que es posible equilibrar el crecimiento con el respeto por nuestro entorno y nuestra cultura. Este nuevo cargo es una oportunidad para compartir nuestra experiencia y aprender de otros municipios, trabajando juntos para construir comunidades más resilientes y felices”. Cabe recordar que las ciudades Slow surgen como respuesta al caos del día a día, caracterizado por el estrés, las prisas, las aglomeraciones, las largas colas, el constante ruido y el omnipresente asfalto. Precisamente, el objetivo de esta unión es reducir el ritmo para transformarse en lugares donde se armoniza la calidad de vida con el respeto por las tradiciones, la identidad propia y la historia, al tiempo que se integran las ventajas de la modernidad, siempre con la vista puesta en el legado para futuras generaciones. Hasta la fecha, forman parte de esta red 296 ciudades de 33 países.