Sorpresa la que se encuentran los montañeros que todos los últimos domingos de mes entran en el refugio del Pagasarri a la mañana y escuchan cantar a este grupo perteneciente al OSEA Mendi Taldea. Llevan haciéndolo cinco años, la mitad de su vida de agrupación musical de La Peña que, por mitades, se sitúa el barrio entre Bilbao y Arrigorriaga. Club del que ya publicamos aquí el 2 de abril del año pasado el artículo 111 de esta sección, El Club de montaña OSEA y la agrupación ANI.

Integrantes del club OSEA en el Pagasarri el 28 de enero de este año 2024. | FOTO: I.G.U.

Estos mantienen el espíritu del origen del alpinismo vasco que se gestó en Bilbao en lo que fueron las primeras estructuras de agrupaciones organizadas. En aquellas salidas muchos cantaban en las cumbres; también al bajar. El domingo 28 de enero les acompañé por segunda vez al Pagasarri con la idea de escribir este artículo en Historias Montañeras.

La cita de salida fue en el complejo rural Ordaola, en Alonsotegi, justo bajo la cumbre bilbaína por excelencia. Empezaron a sonar las voces tras almorzar en el refugio de La Paca. Este fue el primero en construirse en suelo vasco para dar cobijo y resguardo a los pioneros alpinistas. Sólo tres años después de fundarse la Sección de Montaña del Club Deportivo Bilbao, ya tenían refugio. Parece ser que en el siglo XVI el habitáculo era una cabaña y en el XIX se cita como la casa del pastor, siendo en 1915 cuando se ocupa y lo adecúa el CDB.

El 3 de noviembre de 1919 se reinaugura como refugio-hostería bajo programación que titulan A Pagasarri. Gran manifestación alpina de simpatía hacia el Excmo. Ayuntamiento de Bilbao. En el programa se constata la necesidad de nuevos refugios-hosterías de “Arnótegui y Arraiz”, inauguración del primer buzón alpino “cedido por la Excma. Diputación de Vizcaya”, y la donación del CDB de una colección de libros sobre higiene, excursionismo y ejercicios físicos para ir formando la primera biblioteca de la montaña. Rifa de objetos, carrera pedestre y carrera de perros. Gran romería hasta una hora antes del anochecer.

Estamos en el Pagasarri, origen del montañismo vasco. Dos meses después de la primera expedición vasca a una cumbre, el 15 de diciembre de 1912 celebran la I Copa de Pagasarri. Al año siguiente la segunda edición. Eran las primeras pruebas deportivas de élite de la capital vizcaína, bajo una organización exitosa que hizo despertar la afición por tirarse al monte. Ese es el germen del deporte más bonito que existe en Euzkadi.

El club OSEA, como la mayoría de las agrupaciones montañeras, tiene varios buzones alpinos colocados; uno de ellos el del cercano Arnotegi. No tardarán en restaurarlo.

Ponemos una fotografía de familia que tiré en el Pagasarri el otro día durante la salida que cito. Con ayuda de Juanjo Ochoa hemos anotado los nombres de todos los presentes. Son éstos, de izquierda a derecha y de arriba abajo:

Txetxu Conca, Edorta Aiartzaguena, Josetxu Pascual, Esther García, Ricardo Riaño, Juanjo Ochoa, Javier Mestraitua, María Jesús Arteta, Conchi Agúndez, Maite Rodríguez, Juanjo Seisdedos, Zorione Rodríguez, Marisa Corral, Modesto Ramos, Fernanda Caballero, Begoña Amezaga, Txaro Bahón, Cristina Amor, Inmaculada Martínez, Juan Rodríguez, Alfonso Pilar, Maika Hinojal, Pepa Redondo, Marga Parra, Josema Leal, Inma Muñoz, Mari Carmen Aguinaga, Mari Jose Oiartzabal y Espe Morán.

Están celebrando el 60º aniversario del club. Se fundaron en 1964 y ya conté que eso del nombre viene porque el socio Ángel Aguinaga repetía O sea, que no tenemos nombre… y ahí quedó la marca. Bueno, era algo más que esto porque tenía un tic personal con eso del o sea. Por cierto, hay una historia de una cuerda de 25 metros que midió la distancia al Pagasarri y que todavía está por contar.

El primer acto oficial del club este año con la efeméride sesentona fue coronar la cumbre del Citlaltépetl en México, con una altura de 5.636 metros, por parte de dos de sus socios. En la misma cima dejaron fijada una placa que conmemora sus seis décadas de vida montañera.