En 1667 se consignaron 193 reales para arreglar el campanario y poner nuevas campanas en la ermita de San Bernabé. Hoy, el Ayuntamiento de Erandio ha destinado más de 55.000 euros (más IVA) para reformar su cubierta.

Esta capilla, sita en el barrio de Fagoeta, es la más antigua del municipio. Ostentó, además, mucha relevancia llegando a ser parroquia anexa a la iglesia de Santa María. “Sabemos de numerosas reparaciones desde al menos 1667”, señalan desde el Consistorio erandioztarra, que ha seguido invirtiendo en ella como parte de su objetivo de “trabajar en la conservación, mantenimiento y rehabilitación de su patrimonio histórico”. La última obra ha estado relacionada, por lo tanto, con el tejado, que requería de una mejora para atajar sus desperfectos.

Es un edificio testigo de siglos de historia, de avatares, de contiendas, de transformaciones en las creencias... Su advocación original fue la de San Pablo; de hecho, muchos siguen llamando así a este santuario que data del siglo XVI. Es de estilo popular, con tejado a dos aguas y muros de mampostería. Hasta la primera guerra carlista, en la ermita figuraban las estatuas de San Bernabé y San Pablo, que fueron robadas. La iglesia sufrió importantes daños en dicho conflicto y buena parte de los materiales fueron a parar a la construcción del fuerte de San Pablo, en lo alto de la colina.

Tal y como indica el blog Historias de Erandio, en la localidad, hay cinco ermitas que son de titularidad municipal, a diferencia de las iglesias. Aparte de la de San Bernabé, están la de San Antonio de Padua, la de Santimami, la de San Cristóbal y la de La Magdalena, “aunque esta última es más bien un humilladero”. Pero además, “hay constancia de otras dos ermitas” que hoy en día están desaparecidas: las de San Lorenzo y San Martín.