Tal y como estaba anunciado, los trabajos para acondicionar y hacer más confortable el salón de actos de la Kultur Etxea Torrezabal, de Galdakao, ya han comenzado. Las labores proyectadas impiden la disponibilidad del auditorio para la celebración de espectáculos y la proyección de películas, pero la programación cultural no se detiene, sino que se adapta a las circunstancias.

Hasta la conclusión de la reforma de la sala –prevista para abril– las representaciones de teatro se trasladan a la sala de exposiciones, “donde se podrán vivir nuevas experiencias en formatos más pequeños, especiales, cercanos e íntimos”, apuntaban fuentes municipales. La primera cita en el nuevo escenario será mañana, a las 18.00 horas, con Tanttaka Teatro y el montaje Sexberdinak en el que un periodista con parálisis cerebral y una vendedora de caramelos, llena de contradicciones, explican sus experiencias y vivencias afectivo sexuales. Lo harán en una sala adaptada para la ocasión, con sillas de ruedas en lugar de los habituales asientos para acercarse a la temática de la obra. El aforo ha quedado limitado a un máximo de 60 personas.

Cine en Urreta

Las sesiones de cine se trasladan a Urreta; más concretamente al salón de actos de la Escuela Máximo Moreno, que ha sido acondicionado como sala de proyecciones con capacidad para 120 personas. En este caso, el nuevo espacio se estrena con la película El maestro que prometió el mar con sesiones durante todo el fin de semana y esta tarde, además, también se proyectará la película Wonka.

Todo esto está ocurriendo en un año muy especial para Torrezabal Kultur Etxea ya que en otoño cumplirá treinta años y el Área de Cultura prepara una programación especial para celebrar este aniversario. Cuando llegue ese momento el auditorio será un espacio más moderno e inclusivo puesto que las obras que se están ya ejecutando giran sobre tres ejes de actuación: la instalación de un revestimiento especial en las paredes para aislar el sonido y cuidar la acústica de la sala; la colocación de moqueta en el suelo, material que evita reverberaciones; y, por último, la sustitución de las butacas para aumentar la comodidad a través de asientos fijos, algo más anchos, de respaldo más alto y de instalación individual.

Y con el objetivo de que sea un teatro inclusivo, contará con más plazas para sillas de ruedas, tanto en el espacio inferior como en el superior. Además, algunas butacas serán de anchura especial y otras más rígidas para personas con muletas. Se instalará una plataforma para acceder con silla de ruedas al escenario y un sistema de sonido simplificado para personas con audición reducida.