9.229 euros. A esa cantidad asciende lo recaudado en el reto solidario que Javier Abaurrea cumplió con éxito el pasado mes de julio: 31 horas caminando por Enkarterri con salida y llegada en su Gordexola natal a beneficio de Acambi. Precisamente, en la sede de la Asociación de Cáncer de Mama y/o Ginecológico de Bizkaia cedió a una representación de sus integrantes el simbólico cheque con el importe, que será destinado a la tan necesaria investigación.

La cifra de las 31 horas cobra un significado muy especial para Javier y su esposa, Karmele Isusi, que superó la enfermedad tras 16 sesiones de quimioterapia y quince de radioterapia. De la suma de ambas salía la magnitud del tercer desafío, que por primera vez salía de los límites de Gordexola.

Atravesó Balmaseda, Lanestosa, Karrantza (con cena benéfica), Turtzioz, Artzentales, Sopuerta, Galdames, Zalla, Güeñes (otra parada con más tiempo en el albergue de Santxosolo), Alonsotegi y regreso a la plaza Molinar. En total, 167,74 kilómetros recorridos con un desnivel acumulado de 3.327 metros.

Concienciar a los hombres

Representantes de Acambi siguieron de cerca su paso por los municipios encartados en una ocasión que buscaba alertar de que el cáncer de mama también se diagnostica a los hombres. De hecho, en el programa estaba previsto que impartiera una charla en Gordexola Marius Soler, quien desgraciadamente sabe lo que significa, pero cuestiones personales se lo impidieron.

Esos casos representan “el 1%” del total, explicó la investigadora del CIC Biogune de Zamudio, María Vivanco, quien también acompañó a Javier cuando se disponía a dar los primeros pasos. Los signos de alarma “normalmente se manifiestan igual” que en las mujeres, normalmente “cuando aparece un bultito”. Por eso, es muy importante que, ante el mínimo síntoma que se salga de lo normal consideren el cáncer de mama “dentro de las posibilidades” y acudan al médico. Comparando a una mujer y un hombre “con la misma enfermedad en el mismo estadio o el mismo subtipo detectado en el mismo momento, probablemente la curación va a ser prácticamente la misma”, con una tasa de supervivencia “en general, del 84% a cinco años, pero nosotros nos fijamos en ese 16%” que fallece.

En Acambi calculaban en 900 mujeres al año las que reciben la dura noticia. Cada vez más tocan la puerta de su sede. No significa siempre que aumente la incidencia, sino que se normaliza el cáncer y lo que implica. A ello contribuye, por su parte Javier, que ya planifica su próximo desafío con fecha adjudicada: 8 y 9 de junio de 2024.