Más del 60% de los alumnos que cursan estudios de programación informática en el campus 42 Urduliz ha encontrado un empleo antes de finalizar su formación académica. Son 265 estudiantes de diferentes edades y perfiles de los 438 que superaron el proceso de selección. “Garantizamos el 100% la empleabilidad y esto es una buena prueba de ello”, asegura Estíbaliz León, directora del peculiar centro formativo disruptor en sus métodos y que esta avalado por la financiación de la Diputación Foral de Bizkaia y Fundación Telefónica.

Cuando en mayo de 2021 abrió aceptando los primeros inscritos que superaron proceso de selección, denominado piscinas en el argot del campus, el staff de 42 Urduliz indicó que en tres años saldrían formados. Erraron para bien porque ya este mes han concluido siete de ellos y una mayoría está trabajando “porque uno de nuestros objetivos es desarrollar una formación enfocada totalmente a la empleabilidad”, incide León.

La cifra: 20%

Es el porcentaje de mujeres alumnas del campus que la dirección quiere aumentar. Por ello piden a las empresas que vengan mujeres de sus plantillas con perfiles técnicos y dar visión a sus proyectos.

Además, Bizkaia y Euskadi es terreno abonado “porque nuestras empresas necesitan más perfiles tecnológicos. Tenemos una economía industrial que ya es 4.0 y continuamente vienen empresas para que les contemos cuál es el modelo 42 y contratar nuestro talento”. Concreta la directora que “no hay mejor validación de esta metodología que contraten a los estudiantes antes de finalizar”.

Sistema rompedor

¿Qué le hace tan especial y qué es necesario para entrar en 42 Urduliz”. Su directora indica que “solo se requiere tener 18 años y ganas de aprender programación siendo ingenioso cuando haga falta”. El proceso formativo, que es totalmente gratuito, se diferencia del habitual en que no hay profesores, ni se requiere experiencia. Todo se aprende en equipo y sin horarios ya que el campus está abierto los 365 días del año en cinco plantas de la torre Urduliz. “Aquí ha venido gente que no sabía ni encender un ordenador”, desvela León.

La estructura del aprendizaje es como un videojuego, gamificado en el argot, en el que se van superando diferentes niveles efectuando misiones o proyectos varios para las que hay que encontrar y desarrollar herramientas o fórmulas trabajando con otros alumnos.

Como es lógico, no todo el mundo lo consigue. “El hecho de ser gratuito supone que no podemos permitirnos el lujo de que alguien caliente silla”, describe la directora. Por ello, y otra vez como en un videojuego, el esquema formativo requiere un rendimiento activo constante del alumno que le permite ganar días de formación “porque si no el sistema te expulsa, a un black hole, un agujero negro, y quedas fuera”. Otra cosa son las razones por las que la gente no continúa. A las 10 piscinas organizadas desde el inicio se presentaron 939 personas pasando la criba 438. De este grupo se han caído 162 alumnos, “bien porque han hallado empleo, no han podido dedicar al programa el tiempo que estimaban o simplemente el método no les era válido”, detalla León.

De toda formas, 42 Urduliz, no tira la toalla. En el último año ha recuperado un 20% de estas personas con el programa Lazarus, el cual ha supuesto una nueva oportunidad de entrar en el nivel que lo dejaron “porque este es un campus que no penaliza el fallo y siempre da oportunidades”, dice.

La formación troncal descrita es la esencia del centro pero “aquí ocurren muchas más cosas que tienen que ver con la digitalización” desvela León. Por ejemplo, celebran periódicamente con empresas e instituciones los denominados hacktones, es decir, maratones en los que durante un tiempo determinado se tienen que aportar soluciones a problemas tecnológicos que se plantean. El último, y más importante, tuvo lugar con la NASA en una cita a nivel mundial en la que varios alumnos de 42 Urduliz presentaron sus proyectos.

“También ofrecemos otras experiencias formativas más cortas, de cinco días, para probar si nuestra metodología es aceptada por el futuro alumno y no se requiere ni tan siquiera inscripción”, concreta la responsable. El próximo curso de este tipo tendrá la ciberseguridad como tema.

Otra vía “para divulgar la digitalización” indica Crespo es las jornadas con colegios y centros educativos. “Este año hemos tenido más de 2.000 escolares de Bachillerato y FP y no se trata tanto de evangelizar como de hacer visible un mundo que es muy abstracto y que puede interesar a estos chavales”, destaca.

Y es que en esta iniciativa auspiciadas por la Diputación Foral y Fundación Telefónica otro objetivo básico es la inclusión digital. O como dice la directora “aparte de formar a quienes deseen dedicarse al sector, también queremos hacer accesible la digitalización y ayudar a tener ese conocimiento de la tecnología a quien lo desee”. l

Algo Más que aprender

Formula disruptiva con competencias añadidas

Además de adquirir unos conocimientos tecnológicos la metodología ayuda a desarrollar unas competencias transversales muy valoradas el mercado laboral.

Aprender a aprender: buscarse la vida

El formato de aprendizaje se olvida del método tradicional de adquirir conocimientos. El alumno busca dónde formarse, siempre que pueda con los mejores y sin limitaciones en su aprendizaje.

Gestión de la frustración: superando obstáculos

El hecho de que el aprendizaje tenga formato de videojuego implica que está diseñado para poner obstáculos todo el rato con el objetivo de superarlos.

Capacidad de liderazgo: Trabajo colaborativo

El aprendizaje, al ser en común, genera capacidad de dirigir, un liderazgo que es la tercera pata de las competencias transversales que adquieren los estudiantes.