“Las donaciones del Banco de Alimentos no llegan a cubrir nutritivamente el mínimo que una familia puede necesitar y nos parece fundamental que, con arreglo a un pequeño presupuesto, puedan decidir qué quieren cocinar”, explica Marimar Ortiz, responsable de Acogida Integral de Cáritas Bizkaia. Para garantizar “este derecho a una alimentación saludable e inclusiva” la entidad ha gestionado este año, hasta el pasado 30 de septiembre, más de un millón y medio de euros en ayudas económicas directas y cerca de 33.000 en tarjetas monedero.

La incesante subida de los precios de los alimentos ha golpeado especialmente a los más vulnerables.

En noviembre del año pasado, a raíz de la subida de precios por la guerra de Ucrania, decidimos aumentar la cuantía de las tarjetas monedero para alimentos de 80 a 130 euros para personas solas o con pareja y de 130 a 200 euros para familias, porque con lo que les estábamos dando no podían garantizar una cesta de la compra mínima.

¿Cómo afrontan esta situación?

Hay diferentes estrategias de supervivencia. Hay familias que tienen que eliminar de la cesta de la compra la carne o el pescado y, en su lugar, entran más hidratos, lo que repercute en una alimentación de peor calidad. A veces también, dada la carestía de la vivienda, tienen que destinar los pocos recursos que tienen a esta. Mientras no se tomen medidas que alivien su coste, ante cualquier ingreso, las familias priorizan siempre el techo frente a la alimentación, aunque esta empeore. 

Con lo que supone para su salud...

Somos poco conscientes de la repercusión que tiene en la salud el no alimentarse adecuadamente y eso al final tiene un coste social. El derecho a la alimentación lo tienen que garantizar las administraciones públicas siendo conscientes de la situación de pobreza y de falta de recursos de muchas familias. Hace falta una política mucho más completa a todos los niveles. 

“Las donaciones del Banco de Alimentos no llegan a cubrir nutritivamente el mínimo que una familia puede necesitar”

¿A cuántas personas les han proporcionado tarjetas monedero este año para comprar alimentos?

Hasta el 30 de septiembre hemos atendido a 280 personas beneficiarias de tarjetas, que pertenecían a más de 108 unidades de convivencia. 

¿En qué circunstancias hay que encontrarse para recibirla?

Por ejemplo, familias que con la crisis tuvieron que retornar al domicilio de los padres por pérdida de vivienda o por no haber podido pagar el alquiler. Veíamos lo duro que era tener que volver a casa de un familiar no pudiendo aportar alimentos, sintiéndose una carga y teniendo que pedir para comprarte unas compresas o artículos de aseo personal. Las tarjetas monedero nacen para ese tipo de supuestos. 

¿Qué otros perfiles de personas son perceptoras de estas tarjetas?

Gente que venía del mundo laboral, de repente cae en el paro y cobra el subsidio de desempleo, que son 480 y pico euros. Cuando tú has cobrado un salario más alto adquieres un nivel de vida, igual te has ido a una hipoteca, los chavales están estudiando en centros que te podías permitir... Para que el tránsito hacia unos ingresos más bajos sea más fácil y darle margen para acceder a ayudas públicas los apoyamos con una tarjeta. Otro de los perfiles eran personas que estaban cobrando la Renta de Garantía de Ingresos y tienen una suspensión. Algunas se debían a un tema burocrático o a algún error. Esas personas no tienen culpa de que se les haya suspendido y garantizamos que tengan la alimentación, a la vez que las acompañamos a que puedan denunciar la situación o hacer alguna alegación. 

¿Y en el caso de que se les retire la RGI por no cumplir lo exigido?

Si igual habían fallado a una cita, pero ese comportamiento no era habitual, los acompañábamos con algún tipo de trabajo detrás. Si la familia estaba fallando reiterativamente, pero tenían menores a cargo, siempre que la administración pública entrara con educadores sociales, podíamos garantizar la alimentación hasta que les volvieran a dar la ayuda económica.