En Instagram responde al perfil de @alexander_aguirre_couture. Se mueve como pez en el agua en tiendas y museos de moda, en junio cosió una falda para su madre. Ella, Aída Aguirre –Miss Bizkaia 2003– explica que “ahora en noviembre tiene una gala benéfica en Inglaterra para hacer un vestido de alta costura y hay otro evento, Global Gift, con Eva Longoria y María Bravo, para que el que también quieren contar con él”. Gracias a Javier Barroeta, que le ha adoptado como pupilo “disponemos de la ayuda técnica”. A sus 7 años, el precoz talento de Alexander Aguirre ha convertido su casa en un estudio con “dos máquinas de coser, remalladora, telas, maniquíes...” para que dé rienda suelta a su creatividad con su admirado Dior como referente, según explica con desparpajo. La marca “se ha interesado por su portfolio”, desvela orgullosa Aída. El concurso de vestidos de papel de Güeñes acogió su presentación sobre una pasarela con un modelo que lució su hermana.

Vestidos a conjunto, él y su padre con trajes y pajarita, y la madre y dos hermanas en blanco, la familia se ha grabado el lema “better together, mejor juntos” para volcarse en apoyar la trayectoria del benjamín. De pequeño “siempre arreglaba las muñecas de sus hermanas Ángela (12 años) y Aída (11) ”En pandemia “nos sorprendía que aprovechara para prepararlas, pintarlas, cogía toallitas húmedas de bebé porque no había telas en casa, las peinaba, las preparaba con gomas, les confeccionaba trajes de papel de baño”.

Habló del don de Alexander a los conocidos de su etapa en la moda y “me aconsejaron que facilitara y no entorpeciera” su temprana vocación, que no siempre se entendió bien tratándose de un chico. De hecho, le cambiaron de colegio porque “le insultaban”. Por eso, cuando “nos pidió empezar a coser” su madre se inscribió en un curso para aprender las nociones básicas que permitieran manejar la máquina.

A través de las redes sociales “y por Marta de Miguel, de Balmaseda” surgió la posibilidad subir una creación suya por primera vez a la pasarela fuera de competición en el certamen de vestidos de papel. Les hace una ilusión especial debutar en Güeñes, puesto que “su padre es de Sodupe y pasamos allí los veranos”.