“Me dicen que tengo una forma de ser muy de Bilbao”, así responde Lander Otaola cuando se le pregunta por sus gustos en lo relativo al humor. El humor también es un ingrediente fundamental en su vida y en el protagonista de la serie Detective Touré, que se rueda estas semanas por el barrio bilbaino de San Francisco, y en la que el actor participa. 

¿Cómo está llevando el verano?

Este año está siendo un poco atípico porque lo estoy pasando en Bilbao, pero estoy disfrutando de Bizkaia. Estoy yendo a la playa de Laga, a la de Laida... Está siendo un verano de trabajo, pero bonito porque la villa en esta época también tiene su esencia. 

¿Se puede compaginar rodaje con ocio? ¿Cómo es su horario?

Depende. Los fines de semana tenemos libre, menos mal, y estamos rodando mucho de noche. Solemos empezar sobre las siete de la tarde y podemos llegar a terminar sobre las seis. Es un verano diferente, pero está guay ver a la ciudad amanecer.

¿Hay algo en la calle a esas horas? 

¡Pues sí! Es curioso que aunque en julio y agosto la ciudad se detiene, siguen abiertas las discotecas. El ocio nocturno sigue latente y es fundamental para una ciudad cosmopolita. De hecho, hoy tenemos una sesión de karaoke (risas). No está en el guion, pero somos un equipo al que también le gusta divertirse. El trabajo sin ocio no tiene sentido. 

Vive a caballo entre Bilbao y Madrid. ¿Qué tal la experiencia en la gran metrópoli?

Madrid es mi segunda ciudad. El año pasado estuve casi ocho meses y es fascinante pero Bilbao es lo que llevo en el corazón. Quiero estar aquí y hacer industria aquí. Creo que estamos en una generación en la que ya no tienes que ir obligatoriamente a Madrid para trabajar. Se puede ser actor viviendo en Euskadi. 

¿Cómo es el panorama artístico en el botxo?

Primero de todo, el Teatro Arriaga es un oasis a nivel estatal. Da mucho trabajo a los actores locales y con el incentivo fiscal que está llegando al cine y a la televisión, están viniendo muchos rodajes. Por eso, es una gozada no tener que irte a Madrid a hacer proyectos audiovisuales: se pueden hacer aquí. Una cosa que hace diez años era impensable. 

Sus inicios como actor solaparon su etapa en el fútbol... donde incluso llegó a la cantera de Lezama...

Las dos pasiones convivieron al final, en mi último año en el Indautxu, a la vez que empecé Arte Dramático en la Escuela de Teatro de Getxo. Yo no me quería dedicar al fútbol, quería ser actor. Actuar me gusta mucho más. Esa transición estuvo motivada por un partido en Ibiza donde me rompieron el tabique nasal. Aun así, viajar defendiendo los colores del Athletic fue un privilegio. Después, he tenido mucha suerte. Llevo 15 años trabajando como actor y que tu hobby sea tu profesión es impagable.

A la hora de actuar, ¿qué suele tener en cuenta?

Escuchar al compañero. Un actor que no escucha a su compañero o que no se sabe bien su texto es un mal actor. Actuar es como un partido de tenis: lo que mi compañero me da, lo recojo y se lo devuelvo. El personaje también se crea con la gente que compartes escenario. Observo mucho y he podido trabajar con actores increíbles como Carmen Machi, Karra Elejalde, Mercedes Sampietro, Paz Vega, Roberto Álamo, Secun de la Rosa... Es un honor que gente de la que has sido fan, de repente, sea tu compañero. 

Karra comentó hace poco que ya no puede disfrutar las Fiestas de la Virgen Blanca como antes...

Es un actor que, si fuera americano, tendría varios Oscars. Sí, es así. Karra es muchísimo más conocido que yo, pero es verdad que cuando eres un personaje público hay una serie de cosas que sabes que si haces te van a mirar, pero bueno, es parte de la profesión y el 95% de la gente es maja y muy amable. Que te vengan con cariño y te reconozcan por tu profesión, también es un honor. 

En la cuadrilla o en las situaciones cotidianas, ¿saca a relucir sus dotes de actor? Por ejemplo, la empatía... 

La verdad, hay muchos actores que no tienen nada de empatía. De hecho, hay un porcentaje muy alto de actores bastante estúpidos, aunque también hay otros maravillosos. Se puede ser muy buen actor y no tener nada de empatía. Creo que los actores somos gente con mucho ego y muy poca autoestima y eso es una mezcla terrible. El actor suele tener la necesidad de que le miren. El ego y la ambición están muy bien, pero cuando es desmedida se convierte en tragedia. 

Echo de menos ver que los músicos sean también actores sobre el escenario. Es decir, que no solo canten sino que interpreten como Elvis.

¡Me pasa igual! Elvis es un referente casi vital para mi. Me llenan mucho más las estrellas que se han creado un personaje como Bowie, Bunbury... Rafael me encanta. ¡Le he visto siete veces!

¿El humor debe tener límites? 

No hay que ponerle límites al humor, hay que ponerle límites a la tristeza, al enfado, pero al humor nunca. El amor y el humor son dos cosas que van de la mano. No entiendo mi vida sin humor. La ironía es lo que une a la gente. 

¿Le veremos por Aste Nagusia? 

Es una fecha que la tengo marcada en rojo. Este año, al menos un par de días, podré disfrutar de Marijaia. Lo digo con la boca grande: son las mejores fiestas del mundo. Me encanta ir a las txosnas y a las konpartsak. 

RECOMENDACIONES PARA EL VERANO

  • Un libro: ‘Payasos en la lavadora’ - Alex de la Iglesia.
  • Una obra de teatro: ‘Urtain’ - Animalario.
  • Una película: ‘Man on ‘the Moon’ - Miloš Forman.
  • Una canción: ‘Te amaré mejor’ - Tontxu Ipiña. 
  • Un plan: Descubrir Las Encartaciones. El gran olvidado de Bizkaia.