Con un apretón de manos y emplazándose a verse estos días para encauzar el traspaso de poderes, el alcalde saliente, Aitor Larrinaga (CLI) y el recién designado, Alfonso San Vicente (PNV) sellaron el comienzo de la legislatura en Balmaseda. El PNV vuelve a gobernar la villa tras los últimos cuatro años de los independientes gracias al voto favorable del único concejal socialista. El ya regidor encara esta etapa “con ganas de empezar” y tiene claro que sustentará su gestión sobre tres pilares: “formación, crear empleo y vivienda”.

“Lo primero que tengo que hacer, y se lo agradezco, porque me lo acaba de comentar hace unos instantes, es hablar con Aitor para que me transmita todas las cosas que se han quedado a medias”, después, “escuchar a la gente y empezar a ver cosas que nos ha estado pidiendo la ciudadanía durante esta campaña: limpieza, jardinería, personal, de todo…” San Vicente se comprometió a mirar cómo están esas peticiones y “cumplirlas”.

Con su aliado del PSE, Isatxu Fernández, a quien agradeció su respaldo en la sesión nada más agarrar la makila, comparte “un objetivo común, decisiones que sean justas y buenas para Balmaseda”. “Por mi parte, vamos a trabajar juntos y por el bien de todos”, aseguró, por lo que todo parece indicar que la alianza se extenderá, como ya ocurriera en el período 2015-2019.

El regidor identificó el paro como “nuestro principal problema”; para revertirlo se compromete a “crear un centro de Formación Profesional en informática y robótica pionero en Euskadi”, estudiar las posibilidades de habilitar “más pabellones y más suelo industrial” y facilitar que la juventud pueda permanecer en la villa procurando vivienda mediante “una mezcla de nueva construcción y el aprovechamiento y rehabilitación de la que ya disponemos; la no habitada que se encuentra, sobre todo, en el casco histórico”, objetivos “que marcaba el programa”.

Defender el “legado” de la CLI

Aitor Larrinaga se despidió del asiento central del pleno, pero permanecerá en la corporación. De ahora en adelante, “mi objetivo y de la CLI es trabajar los proyectos activados, defender nuestro legado, sobre todo en lo que respecta a participación, la escucha activa con la ciudadanía, un cambio en la política forestal, la remunicipalización del servicio de limpieza, un plan energético apostando por las renovables y una serie de cosas que se nos han quedado en el tintero: un código ético, reglamentos de participación ciudadana, fiestas y contra el acoso laboral, dotar de contenido a la casa de la mujer y que las propias mujeres elijan, etc. “Proyectos e ideas hay y seguiremos trabajando”, garantizó. Deja el cargo satisfecho, además, porque “hemos sabido despertar un poco a la gente para que se preocupe del bien común”, declaró al finalizar una sesión que arrancó puntual con el repique de campanas de la iglesia de San Severino a las 12.00.