La Autoridad Portuaria de Bilbao (APB) licitará a finales de este año la construcción de la segunda fase del espigón central, el último muelle que le resta por acometer a la entidad según el plan de expansión por el Abra Exterior que mantiene activo desde hace más de 30 años.

Unos trabajos que se van a adelantar, según la planificación actual, por mor de las necesidades que tiene el Puerto de Bilbao de crecimiento en en su actividad futura y que se desarrollarán al menos durante tres años, una vez que comiencen allá por el verano de 2024.

Según ha indicado el presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala, las estimaciones iniciales, a la espera de la licitación del contrato, del proyecto es que la extensión de alrededor de 300.000 metros cuadrados que se va a ganar al mar “supere los 90 millones de euros de presupuesto y este concluida para 2027, de forma que para el año siguiente estaríamos en condiciones de gestionar las concesiones”.

La fórmula de trabajo será similar a la generación de la superficie de la primera fase ya en servicio donde fueron necesarios 8,5 millones de metros cúbicos de material para completar la gran piscina que se va a generar de 700 metros de largo por algo más de 400 metros de ancho.

Igual que entonces se perimetrará este nuevo espacio a cubrir con gigantes bloques de hormigón con medidas que rondarán los 24 metros de altura, 17 de ancho y 55 metros, los cuales tras construirse en tierra, en las inmediaciones del espigón, se trasladarán flotando hasta el punto donde esté previsto su fondeo después de haber generado una base estable en el fondo. Así, uno tras otro hasta completar el perímetro donde luego podrán atracar los barcos.

En cuanto al material necesario para rellenar el espacio de agua limitado con los bloques, la APB va a contar con dos fuentes de suministro. La mayoría de los rellenos se extraerán de una zona marina ubicada en paralelo al dique de Petronor, a dos millas de la costa al norte en una extensión de unos 7,9 kilómetros cuadrados. De este área ya se extrajo para completar los rellenos de la primera fase cerca del 15% del total del banco de arena existente en profundidades que alcanzan hasta los 63 metros. Ahora se utilizará el resto de la reserva de extracción permitida por la autorización ambiental correspondiente en una cantidad que variará en función de los metros cúbicos que se puedan recabar de la segunda fuente prevista.

La misma será los excedentes de tierra y rocas que se puedan crear en las obras de infraestructuras de calado a acometer en los próximos años en el entorno cercano a la costa de Santurtzi. Barkala especifica que “estamos en conversaciones con las instituciones que van a construir la Variante Sur Ferroviaria o el subfluvial viario bajo la ría para que todo lo que coincida en tiempo lo podamos aprovechar. Sería muy bueno para todos al tratarse también de economía circular”.

Y es que el Gobierno vasco y la Diputación, como promotores de esos proyectos referidos, o Adif que tiene por delante también las obras de túnel de acceso del TAV a la estación de Abando desde Basauri, pueden aprovecharse del espacio ofrecido por el Puerto para deshacerse de sus sobrantes de material y encima ubicado a una corta distanciacon lo de ahorro supone en el transporte con camiones.

De momento y antes de iniciar las obras de relleno en el verano del año que viene, el puerto ya está aprovechando las oportunidades de contar con material para ir adelantando trabajo. Barkala indica como “están llegando ya rellenos seleccionados y de calidad para crear unas lenguas desde tierra y unas jaulas en el fondo para que se vayan vertiendo”.

El presidente de la entidad confirma que se adelanta el lanzamiento de esta segunda fase porque “estamos apurados de espacio, tenemos demanda y no tenemos superficie para cubrirla. Además estamos en condiciones de abordar la inversión”.

Como ha ocurrido con todas las ampliaciones del puerto en Santurtzi y Zierbena, la financiación de estas obras “la vamos a hacer a riñón” concreta Barkala expresivo. Es decir, el Puerto de Bilbao no se va a endeudar. Tendrá que contar con el dinero suficiente antes de licitar para ir pagando los trabajos según se van cumpliendo plazos, además de abordar una proyección realista de que la nueva superficie generada se va a ir ocupando ante la demanda ya existente.

Un ejemplo claro es la apuesta de la APB por crear una segunda terminal de contenedores. Por ello, la entidad ha licitado esta concesión para que ocupe buena parte de la zona que queda aún libre en la primera fase del espigón central.

Además, el pliego de condiciones da la opción de que la empresa que se haga con ese terreno, y que lo explote durante las próximas cuatro décadas como máximo, también tenga la posibilidad de desarrollar su negocio en la segunda fase del espigón por construir. El presidente asegura que la APB ha recibido el “expreso interés” de “varios operadores internacionales” por la futura terminal que en caso de culminarse empezaría a construirse antes de finalizar este año. La presentación de ofertas se ampliado un mes, estaba previsto que acabara antes de abril, y ahora se prorrogado hasta finales de mayo.

Pero incluso aunque este concurso se quede desierto, Barkala indica que “tenemos presión porque hay mucha gente que quiere ocuparlo y si no sale la segunda terminal de contenedores iremos ubicando a esas pequeñas y grandes empresas interesadas en el terreno actual del espigón”. De hecho, por esta razón de desconocer qué tipo de concesiones se asentarán, la urbanización del espacio baldío, alrededor de 140.000 metros cuadrados, se ha dejado sin cerrar “porque según quien venga necesita un tipo de remate u otro”, concreta.

Ahora mismo, de los 232.530 metros cuadrados de superficie ganados al mar con la primera fase del espigón están ocupados el 40 % con las instalaciones montadas por el Grupo Toro y Betolaza en 70.150 m2 donde ha invertido cinco millones de euros para ampliar su terminal de carga convencional y ro-ro, además de levantar una nave de 21.600 m2 de superficie.

300.000 m2

Segunda fase. Las obras a partir de 2024 generarán cerca de 300.000 metros cuadrados de nueva superficie con lo que se culminará el espigon central que sumará 600.000 m2 en total.