Con el objetivo de seguir reforzando el tejido asociativo y cultural del municipio, el equipo de gobierno de Atxondo ha retomado el proyecto para transformar el antiguo asador Urkuzu en una kultur etxea. “El inmueble, propiedad del Ayuntamiento, es una ubicación idónea para poder construir en él una casa de cultura con todos los servicios que la ciudadanía atxondotarra y asociaciones locales puedan necesitar. Es un proyecto que se lo debemos a Atxondo y a los y las atxondotarras desde hace muchísimos años”, explicaron fuentes municipales. Un proyecto que asciende a 1,2 millones de euros.

Recuerdan que a pesar de que en la legislatura anterior se hizo un proceso participativo, era conocido que, debido a un problema de plagas, no se podía ejecutar nada en aquel edificio. “Cuando esto ha sido posible, es cuando hemos preparado el proyecto y solicitado la subvención”, añaden. Cabe recordar que fue necesario el cambio puntual de las normas subsidiarias para poder ejecutar la futura casa de cultura, dado que en este emplazamiento anteriormente era un bar.

La actuación proyectada busca disponer de una relación de espacios mucho más diáfana y acorde con el nuevo uso de carácter público y una mayor conexión con el espacio exterior, por lo que se plantea el edificio como una infraestructura adaptable, flexible a posibles cambios de uso y siempre pensando en las necesidades de la población, manteniendo la estética tradicional, pero con una imagen mucho más contemporánea y tecnológica.

Eficiencia energética

Con el objetivo de minimizar el uso de energías no renovables y optimizar la energía, se prevé que el renovado edificio cuente con un sistema fotovoltaico de autoconsumo y, con todo, se prevé que el ahorro de energía primaria no renovable pueda ser de un 81,36%.

En lo económico, el ambicioso proyecto puede suponer un desembolso 1,2 millones de euros, pero desde el equipo de gobierno confían en poder optar a los fondos Next Generation para “asumir esta importante inversión que sin duda marcará un antes y un después en Atxondo”.

Acondicionar el caserío Urkuzu como kultur etxea proporcionará un nuevo espacio de reunión y fomento del tejido asociativo. La iniciativa ya estuvo sobre la mesa en 2020, pero entonces la irrupción de la pandemia y los factores antes mencionados obligaron a postergar las intenciones del equipo de gobierno varios años.

Por aquella época, además, la corporación aprobó por unanimidad revocar la aprobación inicial y provisional del Plan General de Ordenación Urbana a la que se dio el visto bueno en 2015, con la zona de Markoida como la única destinada a viviendas. Había comenzado a redactarse hace once años, pero está “mal diseñado, no ha pasado ninguna criba legal y es insostenible, por ello, queremos un nuevo plan que se pueda hacer con el consenso de todos”, según manifestó en sesión plenaria el teniente de alcalde, Gorka Garate.

Se decidió realizar dos modificaciones puntales de las normas subsidiarias para poder avanzar hasta que pudiera empezar a redactarse el nuevo PGOU: afectan, por un lado, a la zona industrial de Cemosa-Fuchosa, y, por otro, al caserío Urkuzu, que el equipo de gobierno considera que debe desempeñar un papel esencial como dinamizador cultural de Atxondo.

Sobre esta línea, se aprobó también abordar los cambios mediante un proceso participativo para que las vecinas y vecinos puedan ser parte activa en la construcción del municipio del futuro, cohesionado y sostenible.

Por entender que se trata de una iniciativa de vital importancia, el Consistorio opta por solicitar fondos europeos mediante el programa Next Generation, el plan de recuperación, transformación y resiliencia para que el continente vaya dejando atrás la crisis económica provocada por el coronavirus.