“El aislamiento geográfico ha ayudado a conservar costumbres” que en Turtzioz han estado históricamente unidas a “la ganadería y la tauromaquia con plazas primero provisionales de madera y después fijas, situadas junto a iglesias y ermitas”, expuso Jesús Mari Palacio durante su intervención en el acto en el que recibió el homenaje del Club Taurino de Bilbao en reconocimiento a su labor divulgativa.

Antiguamente “desde Kolitza hasta Oriñon” primaba el mismo modo de vida articulado en torno al campo y la vaca monchina, “en estado salvaje y de pequeño tamaño, cuya capacidad de embestir se aprovechaba en festejos locales”. En Turtzioz existen cuatro plazas de toros y la principal de San Pedro, en pleno casco urbano sigue acogiendo novilladas en las fiestas patronales.

En 1950 “llegaron a programarse seis festejos” para los cuales “ganaderos a pie y a caballo subían al monte, cogían a los animales con ayuda de los perros villanos y los bajaban para la lidia en carros de madera que se instalaban como burladeros”..

La monchina permanece “en peligro de extinción”, cuando antaño miles de cabezas poblaban Armañon y Los Jorrios, una amenaza que requiere “medidas institucionales, de lo contrario, desaparecerá una herencia genética irrecuperable” alertó. Turtzioz mantiene la feria de ganado local del 1 de mayo.