Sonia Navarro, Natacha Sansoz, Mikel Erkiaga, Amets Ladislao y Blanca de la Torre llevaron hasta ayer domingo 27 de noviembre a la Universidad del País Vasco el resultado de su convivencia con el pastoreo de Karrantza promovida por la asociación Mutur Beltz, que recupera la lana y el modo de vida asociado a las ovejas autóctonas. Sus impulsores, Joseba Edesa y Laurita Siles, recibieron a los artistas en el municipio, y ahora colaboran con ellos en la exhibición de lo creado durante la sexta residencia artística del buen vivir.

En abril de este año se organizó la estancia “con el objetivo de provocar nuevos discursos o utilidades con nuestra materia prima: la lana vasca” entendiendo el programa como “una concepción de la vida basada en la soberanía, que aúna la sostenibilidad, la agroecología, las relaciones sociales y las formas de subjetividad”. Fruto de esa incursión en la esencia de Karrantza, cada artista concibió un proyecto, cuya difusión “se presenta en diferentes formatos: jornadas de puertas abiertas, charlas, debates, edición de una publicación y exposición de las obras”.

Trabajo de Sonia Navarro. / Elixane Castresana

Así, cada año se llevan a cabo dos presentaciones: “una en el ámbito rural de Karrantza y otra en la ciudad”. Este año se ha elegido para el segundo espacio la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco con el fin de “acercar tanto al alumnado como al profesorado, así como otras personas interesadas reflexiones artísticas contemporáneas en torno a lo rural y crear debates posicionando la cultura como herramienta de transformación”.

Obra de Mikel Erkiaga. ASOCIACIÓN MUTUR BELTZ

Han contado con las creaciones textiles de las artistas invitadas de esta edición: “Sonia Navarro (Puerto Lumbreras, Murcia, 1975), que centra su trabajo en torno a las labores del hogar femeninas y a la imposibilidad de movimiento de algunas mujeres en el entorno rural, y Natacha Sansoz (Carcassonne, 1981) artista multidisciplinar nómada, fundadora de la asociación Trame en Oloron-Sainte-Marie (Bearn, Francia) y del programa de investigación trashumante Cayolar. Por otro lado, el proyecto Altxorrak, del artista Mikel Erkiaga (Bilbao, 1994), antiguo alumno de la Facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU, “resultó seleccionado tras una convocatoria pública entre catorce propuestas recibidas. Durante la estancia en Karrantza se enfocó en “reconocer el entorno a partir de una mirada pictórico-fotográfica, y tomarla de base para diluir la barrera entre ambos lenguajes”.

Los artistas

Sonia Navarro. De Puerto Lumbreras en Murcia (1975) centra su trabajo en torno a las labores del hogar femeninas y a la imposibilidad de movimiento de algunas mujeres en el entorno rural.

Natacha Sansoz. De Carcassonne, (1981) es una artista multidisciplinar nómada, fundadora de la asociación TRAME en Oloron-Sainte-Marie (Bearn, Francia) y del programa de investigación trashumante Cayolar.

Mikel Erkiaga. Este joven bilbaino (1994) es antiguo alumno de la facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU, “resultó seleccionado tras una convocatoria pública entre catorce propuestas recibidas.

En la misma línea, proyectaron la presentación de “una serie de vídeo-entrevistas que acompañan esta muestra con las reflexiones de la comisaría, historiadora del arte y ensayista Blanca de la Torre (León, 1977) que ahonda en la intersección entre las artes visuales, la ecología política y las prácticas creativas sostenibles y Amets Ladislao (Algorta, 1977) ganadera especializada en el ámbito ecológico en la Asociación Bizkaigane que también, forma parte de la ejecutiva del sindicato agrario EHNE-Bizkaia e integra Etxaldeko Emakumeak, un colectivo de mujeres rurales que trabajan con el objetivo de integrar el feminismo en el movimiento por la soberanía alimentaria”. Y presentar la convocatoria de la séptima residencia artística del buen vivir para 2023. Una experiencia inolvidable para quienes han participado en ocasiones anteriores.

“Karrantza representa la cuna de la ganadería en toda Euskal Herria, y es uno de los sitios más desconocidos, cuando, en realidad, debería de ser uno de los sitios más importantes. Esto nos tiene que dar qué pensar, porque esto demuestra que producir alimentos, y más específicamente la ganadería, no es importante ni estratégico para nadie”, reflexionaba Amets Ladislao, miembro del proyecto en 2022. Un pensamiento que reflejará su contribución al libro que Mutur Beltz va a editar con el resumen de los trabajos”.