El pasado mes de mayo quedó definitivamente descartada la construcción de una planta de investigación y transformación de material de construcción sostenible en los terrenos de la zona de Gorosibai, en Usansolo, que en su día albergaron las instalaciones de la empresa Maderas Basañez. En el pleno de ese mes salió adelante la propuesta del equipo de gobierno de EH Bildu, Auzoak, Usansolo Herria y Podemos de firmar un convenio para que esa parcela pasase a ser propiedad municipal por un desembolso económico de 1,9 millones de euros a abonar en tres anualidades (2022, 2023 y 2024), al tiempo que se ponía en conocimiento de la corporación y de la ciudadanía la intención de destinar ese solar de 90.000 metros cuadrados de superficie a la creación de una planta de placas fotovoltaicas.

Durante este tiempo, el ejecutivo local ha estado trabajando en un proyecto que, según anunció ayer, podría alcanzar los 6 megavatios de potencia, lo que significa que tendría capacidad de producir electricidad suficiente para abastecer de energía a unas 3.000 viviendas. La de Gorosibai, por tanto, sería la mayor instalación fotovoltaica de toda Bizkaia y supone, en palabras del alcalde de Galdakao, Iñigo Hernando, “una gran apuesta en el camino de la transición energética”. La ubicación de la parcela parece ser la más adecuada para una iniciativa de estas características puesto que está situada hacia el sur, tiene muchas horas de sol, es cálida y el nivel de energía que se puede generar en este ámbito de Usansolo es alto en comparación con muchos otros lugares tanto de Bizkaia como del País Vasco. “Esta idoneidad ha sido confirmada por los estudios realizados”, aseguran desde el gobierno local.

En cuanto al modelo de gestión, se trataría de un proyecto público-comunitario en el que participará el Ayuntamiento y también la ciudadanía y para hacerlo así factible está sobre la mesa la posibilidad de crear una cooperativa. “En función del número de personas que quieran ser socias, la planta fotovoltaica será mayor o menor”, explica al respecto el concejal de Urbanismo, Asier Egiraun. Y el precio de la factura eléctrica para los asociados y usuarios estaría equiparada a los costes de producción.

Si el anterior proyecto de planta de transformación de material de construcción sostenible fue objeto de una gran contestación social, el nuevo planteamiento parece que está siendo visto con buenos ojos por parte de la asociación de vecinos de Gorosibai. Geli Barañano y Aroa Sagarminaga, miembros de la agrupación, se han mostrado satisfechos con el cambio. “Estamos encantados. Desde que nos presentaron el proyecto se nos abrió el cielo, porque con Basañez estábamos mal y, con el otro proyecto, aterrados. Así que ahora estamos muy contentos”.