El coro Biotz Alai dejará de ensayar en los locales de la parroquia San Nicolás, donde lo ha hecho desde siempre, donde lo ha hecho desde hace 52 años. El próximo 1 de noviembre expira un contrato que no será renovado, aunque la formación de Algorta tendrá una prórroga de seis meses para organizarse y buscar otro lugar. El presidente de la agrupación getxotarra, Juan Ignacio Roscales, lamenta esta decisión unilateral y considera que ambas partes podrían “haber buscado soluciones”; el consejo parroquial y el propio cura sostienen que deben “priorizar el desarrollo de las actividades de los grupos parroquiales”. Es decir, serán estos quienes ocupen las instalaciones (coro de la iglesia, scouts...).

El párroco de San Nicolás, Javier Garai, a la izquierda. JOSE MARI MARTINEZ BUBU

A lo largo de las cinco décadas de trayectoria musical, el coro ha utilizado esta sede de forma exclusiva en base a un “acuerdo tácito entre la iglesia y Biotz Alai”, como indica Roscales. Los hombres de voces graves ensayaban allí y, a cambio, algunos miembros cantaban los domingos por la mañana en misa, llevaban a cabo una serie de conciertos en fechas concretas... Sin embargo, con la llegada del nuevo cura, Javier Garai, hace un lustro, las condiciones variaron y parroquia y coro formalizaron un contrato. “Nos pareció lógico para regularizar la situación”, reconoce el presidente de Biotz Alai. No obstante, a juicio de Roscales, esa fue la primera muestra de que la sintonía entre la agrupación musical y la eclesiástica iba a empezar a desafinar. “Todos los curas que han venido aquí han estado por la labor y la relación ha sido excelente. Pero este párroco y el consejo parroquial vinieron con otra filosofía”, percibe el coralista. “Poco a poco, nos hemos visto relegados de la parroquia porque ya no nos dejaron cantar en el día de San Nicolás, hace año y medio, y para el último Jueves Santo, otra de las fechas fijas, nos dijeron dos días antes que no hacía falta que fuéramos, que iba a cantar el coro parroquial”, desvela Roscales.

Él mismo, según traslada, intentó hace un año entablar negociaciones para revisar la relación contractual. “Le dije al cura para sentarnos, pero no quiso escucharme; me respondía que ya hablaríamos y así quedó el asunto, hasta que el pasado 24 de junio llegó un burofax anunciándonos que no se renovaba el contrato en las condiciones actuales y que, en todo caso, nos lo alquilaban por horas. Pero eso es prácticamente imposible porque tenemos gradas, pianos, instrumentos de toda índole, 2.000 partituras… ¿Vamos llevando y trayendo? Está claro que no querían que nos quedáramos”, opina Roscales.

Por su parte, el consejo parroquial de San Nicolás, integrado por quince personas, asegura: “En primavera de 2022 iniciamos las conversaciones con el coro para que pudieran seguir usando los espacios parroquiales en otras condiciones (uso por horas). El coro rechazó esta propuesta”. El mandatario de la formación cultural desvela el “ofrecimiento” que llegó a efectuar al cura: “Subir el alquiler a 800 euros al mes y que hiciéramos nosotros la reparación de los locales, porque él está remodelando toda la casa. Ante eso, no tuve ninguna respuesta”. Y es que esta parroquia cuenta con diversos espacios en un edificio junto a la iglesia: varias salas de reuniones, oratorio, un txoko con cocina... Y la última planta es un albergue.

Desde Biotz Alai están “molestos y enfadados” porque el consejo parroquial “no ha querido buscar alternativas”, como, por ejemplo, “compartir el local por días”. Así que la junta directiva ya está trabajando en su nueva localización. “Manejamos ya opciones; pasan por hacer inversiones y es un tema peliagudo”, señala Roscales. Desde el consejo parroquial dicen entender el “quebranto que esto supone para una institución tan arraigada en el pueblo”.