NO esperaban otro fuego que no fuera el del encendido de las putxeras que inundaban el casco histórico desde primera hora de la mañana. Después de dos años de fiestas canceladas por la pandemia, el concurso de alubias en olla ferroviaria regresaba por todo lo alto para conmemorar sus cincuenta ediciones en domingo, lo que hacía presumir una afluencia muy elevada de vecinos y visitantes en las calles del casco histórico. Pero, al filo de las 11.30 horas, el signo del 23 de octubre, normalmente ligado a las fiestas de San Severino, cambió en Balmaseda.

El incendio de Balmaseda afecta a la visibilidad en el corredor del Kadagua

El incendio de Balmaseda afecta a la visibilidad en el corredor del Kadagua Pablo Viñas

Paula García y su amigo Oskar Guaza cuidaban de las putxeras de su cuadrilla “tan tranquilamente en la plaza cuando “unos amigos nos han pedido ayuda porque había un incendio justo al lado de unas casas”. Sin pensárselo dos veces, salieron corriendo y una vez en la zona de La Garbea se encontraron con “más gente llevando baldes con agua para intentar apagarlo”. Después de cuarenta minutos, a Oskar, que es asmático, empezó a faltarle el aire. Paula también fue atendida por inhalación de humo. Afortunadamente, ambos se recuperaron y el cambio de dirección del viento salvó el baserri de su amigo.

Cuando se apearon de la ambulancia en el puesto de mando avanzado instalado en el campo de fútbol de La Baluga, allí mismo una familia aguardaba noticias de su casa, ubicada en un área de monte de Arbiz y Barrios. “Las llamas se aproximaban, así que hemos bajado aprisa con los perros más o menos a las 11.00 horas”, relataba Vera. Una vecina les dijo que “hacía cincuenta años que no veía arder esta zona y a nosotros nunca nos había tocado tan de cerca un incendio”. Lo atribuyen a la sequía de los últimos meses y a que “está todo lleno de matorrales porque no limpian... ¡Es una vergüenza!”, se quejó.

En las inmediaciones del polideportivo Errotarena se temió por la casa más cercana a las vías del tren, donde vive Pepe, quien a mediodía se disponía a unirse a la fiesta en el centro. En cambio, abandonó la vivienda rápidamente “sin que me diera tiempo a coger nada” contemplando con impotencia cómo las llamas devoraban un coche. “En esta zona de Saltacaballo hay cinco casas, menos mal que el fuego no las ha tocado, nosotros hemos salido corriendo después de que nos llamara por teléfono mi hijo”, explicó otro vecino. Una pareja que volvía de sus vacaciones tuvo que dar la vuelta con maletas incluidas. Los problemas con el vuelo que habían sufrido quedaron en nada ante la situación con la que se toparon en Balmaseda.

En los bloques de pisos de La Calzada “nos han mandado desalojar”, señaló una joven reacia a marcharse del barrio porque ”se trata de nuestras casas”.

Iñaki Arroyo había empezado a preparar la putxera en la calle Correría. Intuyó que lago marchaba mal cuando “unos amigos que iban a venir desde Zalla nos han avisado de que el tren no funcionaba por una avería en la catenaria”. Poco después, el cielo “ha empezado a teñirse de humo y nos hemos puesto la mascarilla que teníamos a mano por si acaso, enseguida nos han avisado de que se suspendía el concurso de putxeras”. Viento y fuego, una combinación peligrosa y para algunos sospechosa ayer. “Se hablaba de que al principio los bomberos no daban abasto y eso que el parque de Enkarterri está cerca” porque había otras incidencias en Bizkaia. Que hayan salto tantos focos... ni que lo hubieran hecho a propósito”, analizaba.

Te puede interesar:

Espectacular pasillo de fuego en Balmaseda

Espectacular pasillo de fuego en Balmaseda Bomberos Bizkaia

De cualquier manera, Balmaseda vivió un San Severino inolvidable en el peor sentido.