Tecrura, Yunes y Mohamed son tres menores llegados a Meatzaldea desde Smara, una de las dairas (ayuntamientos ) de los campamentos de refugiados saharauis en el desierto de Tinduf (Argelia), para disfrutar de unas vacaciones en paz gracias al programa que desde 2013 impulsa la asociación Beti Sahararekin con el apoyo del Ayuntamiento minero cuya regidora, Maite Etxebarria, les recibió ayer en el salón de plenos. “La pandemia supuso un parón total del programa y tras recuperar la normalidad sanitaria el reciente deterioro de las relaciones de Argelia con el Estado español por el cambio de postura de este respecto al Sahara ha tenido como consecuencia una importante dilación en la resolución de los papeles necesarios para traerlos, que ha supuesto que estos niños hayan perdido casi un mes de estancia entre nosotros”, protestaba Yolanda Roncero, portavoz de la asociación.

Junes, con su nuevas gafas. | FOTO: B. S.

Una circunstancia que además de trastocar los planes vacacionales de las familias acogedoras comprometió algunas de las previsiones de la asistencia médica que se proporciona a los jóvenes saharauis. “Yules necesitaba atención oftalmológica pero como es menor de nueve años no podía ir a una óptica sino al especialista y nos dieron la cita a trancas y barrancas aquí en Ortuella. Al final hemos podido ponerle las gafas”, señalaba aliviado Ramón Méndez, vecino de Sanfuentes.

Ajenos a la polémica y dificultades colaterales, los tres menores saharauis, de entre 7 y 8 años, contaban desde una timidez medida que desaparece cuando están en su ambiente con sus familias de acogida su fascinación por el agua. Un elemento del que están disfrutando a tope tanto en piscinas como en la playa como el caso de Yunes al que la llegada a Euskadi le pilló con su padres de acogida en Málaga donde estaban ya de vacaciones. “Cogí un avión desde Málaga y le recogí. Ese primer día fue un poco de desconcierto pero al día siguiente cuando llegamos a Málaga la cosa cambió radicalmente”, señalaba Ramón Méndez. “Al día siguiente le llevamos a un aqua park en Algeciras y ya no había quien le pillara”.

También han disfrutado de lo lindo del agua Tecrura y Mohamed al que, según destacaba su madre de acogida, Iratxe Olano, de Trapagaran, “le llamamos cariñosamente Aladín porque es un auténtico genio que no para quieto. Aunque le gustan las piscinas y la playa, lo que más le ha llamado la atención han sido los trenes y las escaleras mecánicas. Luego los fuegos artificiales de Bilbo también le han gustado mucho”. Por su parte, Tecrura, la más menuda de los tres menores, se lo está pasando en grande en el camping a donde ha ido con una familia de Las Carreras. “Está siendo una experiencia maravillosa”, definía Oscar Cota, primerizo en estas lides al igual que las otra dos familias de acogida. “Tecrura está disfrutando del camping y de la piscina. Es muy inteligente y ha aprendido a hacer vídeos para Tick Tok y se los tengo que borrar porque ya sabe subirlos”, cuenta su familia de acogida, que destaca que “a los tres les encantan las hamburguesas”.