Primero fue el papel higiénico, con la llegada del confinamiento; luego el aceite, cuando estalló la invasión de Ucrania, y ahora le toca el turno al hielo. El desabastecimiento de esos pequeños cubitos, tan apetecibles, e incluso imprescindibles, en verano ha llegado a Bizkaia, donde algunos supermercados han empezado ya a limitar su compra a una bolsa por persona. La hostelería del territorio parece estar a salvo de momento de quedarse con las cubiteras vacías, ya que, en la mayoría de los casos, cuentan con máquinas propias que producen el hielo del que se surten. “Será un verano muy duro”, advierten las principales distribuidoras vizcainas, porque “no da tiempo de almacenar y responder a la demanda actual”. La menor producción de hielo por parte de la industria en primavera por el alza del coste de la luz, unido a las sucesivas olas de calor y el estallido de los eventos festivos y musicales se han conjugado para despertar la alerta en un sector que advierte que lo peor podría estar por llegar.

La situación empezó a gestarse la pasada primavera, ya que es durante los meses de abril y mayo cuando la industria empieza a producir y almacenar cubitos de hielo para poder responder a la demanda de los meses fuertes de verano, julio y agosto. Debido al incremento de los costes, no se almacenaron las cantidades habituales en otros años. Por cada palé de hielo que meten en el frigorífico pagan tres euros y otros tres para sacarlos, además de 50 céntimos por cada día que pasan almacenados. “Eso hace que el precio del hielo se multiplique por dos o por tres, y por eso las empresas vieron que no les compensaba almacenar”, explica Fernando Plazas, director general de Procubitos Europe, el mayor productor de cubitos de hielo del Estado. La llegada de la primavera, la primera en dos años sin restricciones, trajo consigo un estallido de la actividad social, como festivales y salidas de ocio en general, lo que incrementó la demanda. Las sucesivas olas de calor que arrancaron a finales de junio no hicieron más que avivar lo que los expertos consideran una tormenta perfecta que puede prolongarse hasta septiembre. Un ejemplo en cifras: en España se almacenan durante esos meses dos millones de kilos al día y, además, se producen otros dos al día. Todo para hacer frente a una demanda que habitualmente se sitúa en torno a los cuatro millones de kilos al día en verano. Hoy en día la demanda ha crecido hasta los 8 millones diarios, sin apenas stock almacenado y con capacidad para distribuir únicamente dos millones al día. “Hay hielo pero menos de lo que necesita el mercado”, advierte Plazas.

“Nosotros tenemos máquinas propias y eso nos ayuda bastante”

Borja Hernández - Bar Aterpe Café

Las distribuidoras del territorio histórico se han visto significativamente afectadas por el contratiempo de almacenaje. En Bizkaia, una de las más importantes para bares y restaurantes locales es Cubibilbo. Esta empresa se desenvuelve por toda red de distribución de hielo en Bizkaia y suministra activamente en verano, a causa de festivales y eventos locales. “No depende de las distribuidoras sino de los fabricantes”, explica Rosa Rodríguez, una de sus responsables. Ella confirma que la empresa no se encuentra en una situación propicia este verano. La repartición del producto está íntimamente enlazada a los meses previos de almacenaje, y al no contar con ellos, es un “trabajo del día a día”.

La demanda a nivel estatal normalmente es de unos 4 millones de kilos diarios, pero actualmente se ha disparado a 8 millones de kilos por día

El vacío de los almacenes es algo preocupante para la empresa. Indican que “no hay stock” y que trabajar sobre la marcha durante esta época no es nada fácil. Rodríguez expresa que “no hay garantías de los suministros” y que los supermercados, gasolineras y otros negocios locales constantemente demandan una solución a lo que se está viviendo. Pero ellos no tienen la respuesta. Al final del día, es un problema que viene de fábrica, literalmente.

Los supermercados son unos de los principales afectados por esta situación y algunos de ellos han empezado ya a tomar medidas ante el desequilibrio en el abastecimiento de hielo. Por ejemplo, los de la cadena Mercadona han limitado ya la venta de bolsas de hielo a una unidad por persona.

HOSTELERÍA CON SUMINISTRO PROPIO

Con una eventualidad de estas características, no sería ilógico pensar que el sector hostelero está viviendo circunstancias complicadas. Sin embargo, numerosos establecimientos correspondientes a esta industria no padecen de grandes complicaciones con el hielo. “Nosotros tenemos máquinas propias y eso nos ayuda bastante”, afirmaba Borja Hernández, propietario del bar Aterpe Café. Señalaba que era algo común entre los bares locales poseer máquinas que producen hielo por su cuenta. Esto les da más independencia de las distribuidoras y fábricas de hielo durante buena parte del año, además de reducir costos.

Sucede lo mismo en el establecimiento Bar Plaza Gran Vía. Su gerente, Txema García, también tiene una máquina para elaborar hielo, porque “es lo más normal, especialmente en verano”. García admitía que había oído noticias sobre el desabastecimiento de cubos de hielo en el sector, pero su bar aún no se había sido afectado.

“Recurro a las distribuidoras más que todo en invierno, pero ahora, en verano, tengo una máquina propia y me funciona muy bien”, comentaba también Manu Iturregi, propietario del local Residence Café. El reconocido hostelero bilbaino tampoco ha sido afectado por este fenómeno ya que, como sus compañeros en la industria, opta por una maquinaria propia para la producción del hielo.

“Recurro a las distribuidoras más que todo en invierno, pero ahora, en verano, tengo una máquina propia y me funciona muy bien”

Manu Iturregi - Residence Café

En palabras del gerente de la Asociación de Hosteleros de Bizkaia, Héctor Sánchez, el desabastecimiento de hielo en el sector hostelero es, definitivamente, “una situación a tener el cuenta”, en especial durante la semana más esperada del año por los bilbainos y bilbainas, Aste Nagusia. “No digo que sea algo que nos afecte en un futuro inmediato, pero esperemos a ver cómo se desarrolla todo en unos meses”. Pese a los múltiples factores que incidieron de manera negativa este año para dicha industria, tales como la electricidad, el clima y la fuerte demanda, Sánchez expresó que no es un problema latente en el sector de ocio vizcaino. “No es que haya abundancia, pero no hay una situación crítica en Bizkaia”, concluyó. Para él, una de las cosas más importantes es el estado de los bares y restaurantes locales. Y, según ellos, la garantía de una máquina propia para producir hielo, es una carta que juega bastante a su favor.